Andrea V. Requena
a Cátedra de Microbiología Aplicada, Facultad de Farmacia, Universidad Central de Venezuela, 47206, Los Chaguaramos 1041-A, Caracas, Venezuela
Marly Suárez
Cátedra de Microbiología Aplicada, Facultad de Farmacia, Universidad Central de Venezuela, 47206, Los Chaguaramos 1041-A, Caracas, Venezuela
Maried Rojas
Cátedra de Microbiología Aplicada, Facultad de Farmacia, Universidad Central de Venezuela, 47206, Los Chaguaramos 1041-A, Caracas, Venezuela
Ana Carvajal
Cátedra de Microbiología Aplicada, Facultad de Farmacia, Universidad Central de Venezuela, 47206, Los Chaguaramos 1041-A, Caracas, Venezuela
Ana Agatón
Unidad de Biotecnología, Facultad de Farmacia, Universidad Central de Venezuela, 47206, Los Chaguaramos 1041-A, Caracas, Venezuela y Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel, Caracas, Venezuela
Genny Urquía
Cátedra de Microbiología Aplicada, Facultad de Farmacia, Universidad Central de Venezuela, 47206, Los Chaguaramos 1041-A, Caracas, Venezuela y Unidad de Biotecnología, Facultad de Farmacia, Universidad Central de Venezuela, 47206, Los Chaguaramos 1041-A, Caracas, Venezuela
Heisel Urosa
Cátedra de Microbiología Aplicada, Facultad de Farmacia, Universidad Central de Venezuela, 47206, Los Chaguaramos 1041-A, Caracas, Venezuela y Unidad de Biotecnología, Facultad de Farmacia, Universidad Central de Venezuela, 47206, Los Chaguaramos 1041-A, Caracas, Venezuela
Idamelis Rodríguez
Cátedra de Microbiología Aplicada, Facultad de Farmacia, Universidad Central de Venezuela, 47206, Los Chaguaramos 1041-A, Caracas, Venezuela y Unidad de Biotecnología, Facultad de Farmacia, Universidad Central de Venezuela, 47206, Los Chaguaramos 1041-A, Caracas, Venezuela
María Isabel Calderón
Cátedra de Microbiología Aplicada, Facultad de Farmacia, Universidad Central de Venezuela, 47206, Los Chaguaramos 1041-A, Caracas, Venezuela y Unidad de Biotecnología, Facultad de Farmacia, Universidad Central de Venezuela, 47206, Los Chaguaramos 1041-A, Caracas, Venezuela
Gricelis Martínez
Cátedra de Microbiología Aplicada, Facultad de Farmacia, Universidad Central de Venezuela, 47206, Los Chaguaramos 1041-A, Caracas, Venezuela
Michael R. Mijares
Cátedra de Microbiología Aplicada, Facultad de Farmacia, Universidad Central de Venezuela, 47206, Los Chaguaramos 1041-A, Caracas, Venezuela. Unidad de Biotecnología, Facultad de Farmacia, Universidad Central de Venezuela, 47206, Los Chaguaramos 1041-A, Caracas, Venezuela y Instituto de Inmunología, Facultad de Medicina, Universidad Central de Venezuela, 50109, Los Chaguaramos 1050-A, Caracas, Venezuela
Resumen
La detección de pirógenos en productos parenterales es de suma importancia en la industria biotecnológica, la industria farmacéutica, los laboratorios de control de la calidad y agencias regulatorias. Los pirógenos son sustancias que provocan fiebre y no se eliminan mediante los procesos de esterilización estándar, siendo biológicamente activos una vez que se encuentran en el torrente sanguíneo, lo que provoca riesgos para la salud humana, que van desde reacciones leves (por ejemplo, fiebre) hasta shock séptico y muerte. Por lo tanto, la prueba de pirógenos es obligatoria para las formulaciones de fármacos y biotecnológicos
inyectables, terapias celulares y diversos dispositivos médicos. Las pruebas de pirógenos son ensayos de seguridad realizados durante el control de calidad de rutina de los productos inyectables exigidos por las agencias reguladoras. Entre dichas pruebas de pirógenos se encuentran: 1) la Prueba de Endotoxinas Bacterianas (BET, LAL) y 2) Los sistemas de prueba que utilizan sangre total humana o monocitos humanos, denominada Prueba de Activación de Monocitos (MAT). En el presente trabajo se comparan las metodologías a seguir de los ensayos LAL gel clot, LAL cromogénica y MAT para la estandarización de pirógenos incluyendo las EB en dos productos farmacéuticos parenterales: penicilina G sódica y ranitidina inyectable.