NO SÓLO HAY QUE CONOCER SINO OBRAR DE ACUERDO A ESE CONOCIMIENTO

Autores/as

  • Jorge Rivadeneyra A.

DOI:

https://doi.org/10.54642/rvac.v7i2.11100

Resumen

Cuando se entra a la biblioteca, lo primero que se nota es un olor a viejo. Luego la penumbra, como si se estuviese acabando el día. Es posible que el sustantivo biblioteca tenga algún parentesco antiguo con la oscuridad y la claridad; intimidante, ¿no? Debe ser por eso, porque los tantos pensamientos están como coagulados, que luz solar penetra por ventanitas de reducidas dimensiones. En uno de los rincones se encuentra un estante bastante largo, en cuyo entrepaño superior, que en realidad es una tabla bastante carcomida por la polilla, se halla una larga fila de muchos libros de autores completamente desconocidos y otros, olvidados ya, como los de Marx y sus
innumerables epígonos. No siempre la biblioteca estuvo aquí, aclara Domingo. Ni en esta ciudad. Ni siquiera en este país.

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Cómo citar

Rivadeneyra A., J. (2016). NO SÓLO HAY QUE CONOCER SINO OBRAR DE ACUERDO A ESE CONOCIMIENTO. Revista Venezolana De Análisis De Coyuntura, 7(2). https://doi.org/10.54642/rvac.v7i2.11100

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