PIONEROS DE LAS CIENCIAS AGRÍCOLAS Y DE LA AGRICULTURA VENEZOLANA 1830-1980 (ENCARNANDO UTOPÍAS)

Autores/as

  • German Pacheco Troconis Universidad Central de Venezuela, Facultad de Agronomía

Palabras clave:

pioneros, ciencias agrícolas, Agricultura, Venezolana

Resumen

Escribir en los tiempos que corren, para escudriñar en los anaqueles de la historia sobre los orígenes de las ciencias del agro en nuestro país, resulta un esfuerzo titánico que no se puede desmerecer. El año 2020 será recordado por el mundo como el año de la pandemia. La calamidad de la Covid-19 nos recuerda lo efímero de la existencia, pero también nos acentúa lo importante que para la humanidad es el desarrollo científico para vencer la enfermedad y arrinconar a su causante. Este año se suman para nuestro país, dos décadas del inicio de un proceso de transformación política que se siembra con la promulgación de la vigente Constitución, nacida al calor de un proceso constituyente, uno de los tantos que hemos tenido a lo largo de nuestra historia republicana, pero que por inefectivo y violento, ha sumido a la Nación en un estado de desolación, que ha dejado en grado extremo de necesidad a la población, que se desplaza por millones, forzada por la situación, a buscar mejores horizontes en otras tierras; pero que también ha postrado a los sectores de la otrora próspera y dinámica Venezuela, entre ellos el sector científico y del agro. Ahondar en los detalles de esta triste circunstancia, suerte de gravoso accidente histórico para nuestra nación, sería impropio en este momento, pero pasarlo por alto, sería un acto ilusorio.

En este escenario, ciertamente complicado, ve la luz Pioneros de las Ciencias Agrícolas y de la Agricultura Venezolana 1830-1980 (Encarnando utopías) del profesor Germán Pacheco Troconis. Detrás del desarrollo institucional de las ciencias agrícolas en nuestro país, está una pléyade de hombres y mujeres, nacidos en nuestra patria y muchos venidos allende los mares, que el autor ha querido rescatar del aluvión del olvido, como acertadamente lo expresa en las líneas introductorias de este monumental trabajo, revelando desde el inicio la intención de la obra. Pioneros es el producto de una investigación histórica de años, iniciada en la tierra natal del autor y culminada en Bogotá, que arroja luces sobre la elaboración institucional de una idea en torno a las ciencias de la agricultura y sus cultores, desde el año del nacimiento de la República de Venezuela en 1830, luego de su separación de la Gran Colombia, hasta bien entrado el siglo XX, en 1980.

El trabajo del profesor Pacheco sobre los orígenes de los estudios agrícolas en nuestro país, sus constructores, mentores y el contexto histórico-político en el cual surgen, ha sido una constante línea de investigación. En anterior texto, también de impecable factura, que fue intitulado extensa pero descriptivamente Agricultura, modernización y ciencias agrícolas en Venezuela. De la ilustración borbónica a los ilustrados del gomecismo 1770-1935 (2006, ediciones del CDCHUCV), el profesor Pacheco nos rinde cuenta acerca de las ciencias agrícolas en el país y sus intentos originarios de modernización, en esta oportunidad incluyendo las postrimerías del período colonial, de dominio imperial en manos de la Casa de los Borbones, hasta el año de la muerte del férreo dictador Juan Vicente Gómez, aquel del cual dijo el ilustre merideño Mariano Picón Salas, que no dejó que Venezuela entrara al siglo XX sino hasta su fallecimiento. Entre esta obra y Pioneros, Germán Pacheco Troconis cubre 210 años de historia de minucioso análisis sobre la misma materia, solo que en la presente, trasciende la barrera de los hechos históricos, para adentrarse, además, en el de los protagonistas, para resaltar la vida y obra de los fundadores de las ciencia del agro, al delinear los perfiles de muchos que con sus ideas, conocimientos, aportes al quehacer académico, científico y técnico, tuvieron que ver con la gran obra de conformación de la agricultura científica en Venezuela.

 

Este trabajo es también un reconocimiento a la profesión del ingeniero agrónomo o de áreas profesionales afines a ésta, como cuerpo de conocimientos científicos y técnicos fundamentales con los que los Pioneros elaboraron el tejido modernizador de la agricultura en nuestro país, en medio de muchas dificultades, entre ellas la de los intereses predominantes en el medio rural, muchas veces opuestos, aunque parezca paradójico, a las ideas progresistas de la modernidad. O la de los prejuicios en contra de la profesión, que llegaba a un ambiente cargado de creencias contrarias a la agricultura científica. Es un reconocimiento con disculpas, que se ofrecen con tintes de aclaratoria, por confesar el autor que su inventario no está completo, por las dificultades en encontrar información de tantas vidas de hombres y mujeres cuyas huellas se han ido borrando en la memoria, sin que haya quedado algún soporte documental para asentarla y a pesar de las omisiones, en el abundante testimonio de una obra que incluye casi trecientos perfiles biográficos.

 

La agronomía de nivel universitario nace ya entrado el siglo XX, en 1937, con el decreto que crea las Escuelas Superiores de Agricultura y Zootecnia y de Veterinaria en el Valle de Caracas, precursoras de las hoy casi centenarias Facultades de Agronomía y Ciencias Veterinarias de la Universidad Central de Venezuela, y modelos para la fragua de las distintas instituciones de corte similar que, desde entonces, en un número que con creces sobrepasa la veintena, se han creado en los distintos estados del país. El autor, sin embargo, nos pone en autos de una historia tras bastidores de lo que actualmente vemos, que ahonda en lo profundo de los orígenes de los estudios, de la enseñanza y de las prácticas con intenciones de mejora y progreso, de la siempre presente agricultura como actividad económica, a través de los que sentaron las bases de su innovación. Para la mejor comprensión de esta tarea analítica, la obra se divide en cuatro períodos. El primero de 1830 a 1908, en el que se sientan los cimientos de la institucionalización de las ciencias auxiliares de la agronomía y de sus ciencias afines. Es una etapa donde se ensayan métodos modernos de una agricultura ajena al trópico, por lo que muchos de estos intentos fracasaron, pero se acumularon al acervo del aprendizaje inicial. Una segunda etapa que corre de 1909-1935, donde se siembran las condiciones para implantar los estudios en ciencias agrícolas. Se crean estaciones experimentales y granjas de demostración. Se dictan numerosas disposiciones de carácter administrativo sobre el agro y se instruye la enseñanza agropecuaria a nivel medio y en las escuelas agrícolas básicas. Es también la etapa que marca el inicio del desplazamiento de la importancia relativa de la actividad agropecuaria por efectos de la nueva economía petrolera que se impone. La tercera etapa, va de 1936 a 1957, que el autor llama de instauración de la trinidad compuesta por las ciencias agrícolas, la extensión y la educación. Este período arropa el año de 1937 en que nace la agronomía como estudio superior en el país, como una decisión de política pública, según el juicio del autor que compartimos, y no tanto como fue el caso en otros países, el resultado de una presión social que lo veía como necesario o de los productores, que tampoco lo visualizarían así en ese momento. El Programa de Febrero de 1936, suerte de hoja de ruta política del Gral. Eleazar López Contreras, quien fuera el inmediato sucesor de J. V. Gómez, contenía principios modernizadores para el país y el sector del agro, y hombres de Estado ciertamente ilustrados que lo llevaron adelante, en medio de una tímida apertura a las libertades políticas, absolutamente cerradas y reprimidas durante el tiempo de su antecesor. Se multiplica la llegada de agrónomos del extranjero que junto a los pocos nacionales con estudios foráneos, se incorporan a los distintos programas gubernativos para el sector, en ciencias agrícolas, extensión y educación rural, una tríada completa que apuntaba hacia la necesaria apertura modernizadora, luego de los oscuros años de la anterior dictadura.

 

Se adicionan estaciones y granjas experimentales y de demostración, sistemas de regadío y se crea en 1941 el Instituto Experimental de Agricultura y Zootecnia. Finalmente, de 1958 a 1980, último período de la investigación histórico y biográfico, se consolidan los estudios de las ciencias agrícolas, de la educación y extensión. Ya consolid

ada, la tríada ciencias agrícolas, extensión y educación, hay un desarrollo más profundo y una coordinación más avanzada entre los estudios científicos de la agricultura, las políticas públicas y su destinatario final que son los productores del campo. La fuerza ejecutiva de esta tarea sigue predominantemente en manos del Estado, aunque aumenta significativamente la participación privada en actividades científicas de experimentación y divulgación, a través de, por ejemplo, Fundaciones creadas para ello. Surgen numerosas Facultades de Agronomía y ciencias agropecuarias en el país. Aumenta elocuentemente la formación de profesionales y técnicos del agro, tanto en el extranjero, como en las casas de estudio que se han ido creando, desde los inicios del Alma Mater agropecuaria en 1937, por lo que disminuye mucho la necesidad de traer profesionales extranjeros, salvo aquellos casos en los que proyectos especiales así lo requerían.

 

A su vez, para encadenar los hechos resaltados en los períodos, con los relatos de vida de los constructores de las modernas ciencias agrícolas de nuestro país, la obra trae una categorización de cuatro grupos de perfiles biográficos, a saber, de: los pioneros de las ciencias agrícolas en el siglo XIX, los de la transición entre el siglo XIX y XX, los promotores de las ciencias agrícolas en el siglo XX, cerrando con los perfiles de los pioneros del siglo XX. Cada una de estas categorías, podrá examinar el lector, fueron subcategorizadas entre las variadas especialidades de la agronomía que ejercieron sus promotores.

 

El desarrollo de la agricultura científica en nuestro país no ha sido una tarea fácil. Los escollos de la geografía, las carencias de la ruralidad, los intereses creados, los avatares políticos de nuestra historia, los altibajos de la economía, la economía rentista del petróleo del siglo XX, entre muchos, han conspirado en contra de la modernidad en el agro, de su verdadera expresión competitiva y de su enseñanza con criterios de ciencia moderna. Detrás de todos estos obstáculos, sin embargo, están hombres y mujeres, nacionales y extranjeros, que asumieron el reto de construir y sentar las bases de lo que hoy conocemos como ingeniería agronómica, agroalimentaria, de los alimentos, agrícola, de producción animal, agroindustrial, y muchas otras ramas afines que en Pioneros de las Ciencias Agrícolas y de la Agricultura Venezolana 1830-1950. (Encarnando utopías), de Germán Pacheco Troconis. Se descubren como constructores y escultores de un sueño realizado. Merecido reconocimiento.

 

Una utopía encarnada, a tenor del subtítulo dado a la obra, que no se debe dejar de considerar y hay que decirlo, admirar, por quienes nos hemos vinculado al agro y a sus dificultades, debatiendo las distintas salidas y soluciones a sus problemas, sea desde el sector académico, productivo, desde la administración, o desde la distancia de un lector desprevenido que quiera conocer un poco más de la historia de una parte de la agricultura que se hace en nuestro país y de su ciencia. De alguna forma somos el producto de estos pioneros. Algo hemos tenido que aprender, me atrevo a decir más bien mucho, de lo que significó para esos fundadores luchar contracorriente muchas veces, pero triunfar por perseverar con el conocimiento como herramienta y con la voluntad como disposición. Ya terminando estas líneas, justo es también reconocer el esfuerzo conjunto de la Academia Nacional de Ingeniería y el Hábitat y a la Facultad de Agronomía de la Universidad Central de Venezuela, a través de su Revista, la edición y publicación conjunta en formato digital de este magnífico trabajo. Al Profesor Germán Pacheco Troconis, mi agradecimiento y mi deferencia por invitarme a prologar este documento indispensable, que además de magistral, es hermoso en esencia.

 

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Publicado

2022-01-06

Cómo citar

Pacheco Troconis, G. (2022). PIONEROS DE LAS CIENCIAS AGRÍCOLAS Y DE LA AGRICULTURA VENEZOLANA 1830-1980 (ENCARNANDO UTOPÍAS). Revista De La Facultad De Agronomía, (2). Recuperado a partir de http://saber.ucv.ve/ojs/index.php/rev_agro/article/view/22234

Número

Sección

Libros