Reflexiones sobre violencia obstétrica
DOI:
https://doi.org/10.51288/00840103Palabras clave:
Violencia Obstétrica, Personal de Salud, Mujeres Embarazadas, Salud de la Mujer, Obstetricia, VenezuelaResumen
Mucho se ha hablado sobre violencia obstétrica. La reacción del personal de salud involucrado en la atención de la gestante cuando se introdujo el término en la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (1), fue negativa, se sentían agredidos, toda vez que el propósito de la especialidad es brindar la atención médica adecuada a las mujeres durante la gestación, el parto y el puerperio y, en su mayoría, ese personal de salud da lo mejor de sí para lograrlo. que sustituyan al de violencia obstétrica, sin reducir la gran importancia que tiene el tema. Por ejemplo, recientemente, Chervenak y cols. (2) propusieron el uso de maltrato obstétrico. Señalan que la expresión violencia obstétrica puede ser vista como bastante fuerte y cargada emocionalmente, lo que puede llevar a conceptos erróneos; podría interpretarse como un acto deliberado de violencia por parte del personal de salud, cuando el maltrato, podría ser el resultado de problemas institucionales, falta de capacitación o malentendidos en lugar de violencia intencional. Según los autores, el término maltrato obstétrico es más amplio y puede abarcar una mayor gama de comportamientos y acciones. Es innegable que existen conductas inadecuadas, maltrato verbal y, en raras ocasiones, físico, desde todo punto de vista, injustificables, pero, uno de los aspectos que más llama la atención, y que ha sido motivo de grandes discusiones, es el incluir ciertos procedimientos médicos, como la cesárea, la episiotomía, la amniorrexis, la revisión uterina, como procedimientos categorizados como violencia obstétrica. Aquí hay, sin duda, un error en la interpretación de los hechos. La verdad, son procedimientos médicos utilizados a través del tiempo, cada uno con sus indicaciones, y técnica bien descrita, así como con ciertas condiciones para su aplicación. Por ello, es indispensable aclarar que lo que se considera maltrato, o violencia, según se vea, es el aplicar cualquiera de estas técnicas, sin obtener el consentimiento voluntario, plenamente informado, de la gestante.