El Viaje de un internista
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Abstract
Desde mis inicios como estudiante de medicina, el único interés que me motivaba era adquirir un conocimiento teórico-práctico de las enfermedades para luego tratar adecuada y efectivamente a los pacientes. Cuando me sumergí en esta bella especialidad, la Medicina Interna, que me conquista y ena- mora, me dí cuenta que mi visión cambiaba completamente, siendo el paciente el centro de la inspiración que me guíaba para brindar bienestar y salud. Hoy pienso que este sentir no lo aprendemos en los libros de texto, lo aprendemos en el día a día con el trato al paciente, y muy especialmente, observando la delicadeza y sensibilidad de nues- tros profesores al relacionarse en la práctica médi- ca con cada uno de ellos. Esos, bien llamados maestros, con su actitud, modelan al estudiante y lo enseñan no sólo a enfocar y analizar la enfermedad del paciente, sino cómo lograr que el paciente se identifique con el médico, se sienta escuchado y dispuesto, sin freno alguno, a manifestar sus preocupaciones, angustias y miedos. Esta manera de actuar tan particular, no sólo en nuestra profesión sino también en nuestra vida cotidiana, es lo que nos define como médicos internistas.