Archivos - Página 2

  • Vol. 42 Núm. 24 (2021)

    En Latinoamérica estamos siendo testigos de una contradicción entre el potencial científico de cada país y la posibilidad que tienen quienes se dedican a producir conocimiento de publicar sus resultados en las llamadas revistas de alto impacto que forman parte del listado de publicaciones reconocidas por índices internacionales como Scopus o WoS. La intención de las instituciones académicas es lograr que sus investigadores publiquen los resultados de su trabajo en esas revistas, para formar parte del sector que ha sido idealizado como el que está a la vanguardia del conocimiento. Este propósito es sin duda loable, pero no siempre está acompañado de políticas que le den sustento.

    Actualmente la ciencia, entendida como generación de conocimientos, está influenciada por diversos factores, entre los que destacan los intereses de los propios países, las fortalezas y limitaciones de las comunidades científicas y el grado de desarrollo de las instituciones. No queremos con esto decir que hay que banalizar la importancia o el nivel del conocimiento que se genera, pero si tener en cuenta que, siendo las revistas el medio para  divulgar resultados y conclusiones para consumo de los pares y de los potenciales usuarios de ese conocimiento, su impacto esta también relacionado con realidades e intereses locales por lo que,  en la evaluación de revistas, deberían estar presentes indicadores adicionales a los que tradicionalmente utilizan las bases de datos internacionales como WoS o Scopus.

    En muchos países donde aún no existen políticas claras y consistentes para el desarrollo de la ciencia hay universidades que incentivan a su personal académico a publicar los resultados de sus investigaciones científicas y tecnológicas en revistas especializadas para informar sobre la contribución que hacen en un campo  del conocimiento y certificar la calidad de los resultados, exigiendo que los artículos aparezcan en revistas reseñadas en determinados  índices que, por lo general, obedecen a criterios de evaluación de la actividad científica producida en los países de mayor desarrollo científico.

    No hay duda de que la publicación de revistas científicas en países donde la ciencia aún no ha alcanzado altos niveles de desarrollo es importante, puesto que de no existir revistas que den cabida a la calidad, utilidad y a la pertinencia del conocimiento que allí se produce, se limitaría el crecimiento del potencial de investigación de esos países y la visibilidad de un conocimiento  necesario para entender y solucionar asuntos que, a pesar de no ser de interés  para otras comunidades, cuando se estudian atendiendo a estándares de calidad, son útiles y necesarios para entender asuntos de importancia local.

    La validez de un trabajo de investigación no está garantizada solamente por haber sido publicado en una revista que aparece en índices internacionales, sino por la justificación y la seriedad con que ha sido realizado. Aunque los índices internacionales son indicadores muy importantes, creemos que lo que garantiza la calidad de una publicación científica es el juicio de los pares revisores (peer review). Profesionales bien formados y conocedores de la importancia de un trabajo de investigación enfocado al análisis de un tema en particular, los pares revisores, a través de la evaluación, realizan adicionalmente una labor pedagógica al sugerir mejoras en los artículos, desde la redacción hasta la discusión de resultados. De esta manera contribuyen a desarrollar el potencial científico de las instituciones que tienen la intención de favorecer académicamente a sus profesores.

    Construir un patrimonio intelectual ajustado a normas internacionales y además consciente de las realidades locales que ponga en evidencia el aporte de quienes se dedican a la práctica de la investigación es indispensable para cualquier país, de lo contrario se contribuiría a negar la credibilidad de la comunidad profesional. Para logarlo es necesario considerar el costo de mantenimiento de una revista científica, las políticas de y para la ciencia que determinan el financiamiento al que tienen acceso los investigadores y la solidez que han alcanzado las comunidades científicas, además del compromiso que deben tener quienes se dedican a las tareas editoriales y a evaluar los artículos que contribuyan al avance de la ciencia.

    Estas ideas son algunas de las que animan a la Revista Espacios para continuar con una labor que ya ha alcanzado las cuatro décadas de existencia. Por ello, en este número especial de fin de año, traemos cinco miradas y reflexiones de autores iberoamericanos en torno a las realidades y perspectivas de las revistas académicas en Latinoamérica.

     Claudio Bifano

    Editor

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