Editorial

Abstract

La medicina en Venezuela ha sufrido recientemente grandes cambios que sin duda alguna afectan a nuestro país, cambios que seguramente continuarán por largo tiempo y que por lo tanto seguirán afectando de manera positiva o negativa, depende del criterio de cada uno, a nuestra sociedad. Me refiero a dos acontecimientos que son bien conocidos por todos los que participamos del ámbito médico nacional y también, aunque de una forma menos marcada, por el venezolano de a pié, por el ciudadano común que día a día busca asistencia en los centros de salud de nuestro país, públicos o privados, hechos lamentados por unos, aplaudidos por otros, pero que sin duda alguna marcan un cambio importante en nuestro diario devenir. Uno de ellos es la importante emigración de jóvenes médicos venezolanos a otros países, médicos recién graduados o médicos especialistas de reconocida trayectoria, en busca de cambios en sus condiciones de vida, afectada básica pero no exclusivamente por la galopante inseguridad que día a día vivimos y que ha segado la vida a distinguidos médicos venezolanos. La otra ha sido la entrada en el ejercicio de la medicina de jóvenes que han recibido su formación bajo un sistema de enseñanza que, según la opinión de docentes de nuestras escuelas tradicionales, no cumple con los requisitos que aseguren una adecuada formación para resolver los problemas de salud del venezolano. Estos dos cambios se suman a otra medida que tomó hace varios años el gobierno nacional y que también produjo un profundo impacto en la asistencia médica venezolana, como fue la creación de centros de salud atendidos única y exclusivamente por personal cubano, quienes recibieron autorización del MPPS y de la Federación Médica Venezolana para ejercer su profesión en nuestro país. Sería de gran importancia que cada uno de nosotros reflexionara de qué manera estos acontecimientos pueden estarnos afectando en lo particular así como a nuestra sociedad y pensar en qué medida podemos contribuir para que la medicina venezolana esté en el nivel de excelencia que todos merecemos.