¿DE QUIEN ES LA CALLE? ¿DE QUIEN ES LA BASURA?
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RESUMEN
Un espacio vacío es un espacio apropiable. Es éste el caso de las calles de Bogotá y sus emergentes colonizadores: los «desechables», las «bandas», los «vagos», los «indigentes». Este fenómeno de colonización de las calles —que también atestiguamos en Río, Medellín, Lima y Caracas—, mal puede entenderse con el nuevo paradigma de «desarrollo sustentable» y menos con referencia a la gestión urbana; éste se presenta como una suerte de eufemismo que persigue encubrir el fracaso del viejo paradigma de «desarrollo económico y social».
Reentender el proceso de colonización del espacio público es, antes que nada, mirar la realidad desde adentro del espacio colonizado, para identificar los códigos internos que rigen la conducta de quienes se apropian del espacio: terratenientes, revendedores de espacio ...; las leyes que norman esa suerte de resistencia pasiva de los colonizadores ante las autoridades instituidas y ante la «justicia privada» (v.gr.: escuadrones de la muerte); y finalmente, la base económica que permite la sobrevivencia de los colonizadores de la calle. La tesis sostenida en este trabajo plantea justamente, que la colonia de «desechables» que ocupa los espacios vacíos de una ciudad existe gracias a los desechos urbanos.