LOS ALUDES TORRENCIALES DEL LITORAL Y CARACAS DE DICIEMBRE DE 1999

Resumen

presentación
Entre el 14 y el 16 de diciembre de 1999 una vaguada con precipitaciones concentradas extraordinarias originó aludes torrenciales en las vertientes del Ávila, generando una catástrofe mayor en el estado Vargas y en varios sectores del valle principal de Caracas. El Consejo Nacional de la Vivienda (CONAVI), aun en la fase de la emergencia, convocó un destacado grupo de expertos en hidráulica, geotecnia, estructuras y urbanismo con el fin de evaluar, de primera mano, la situación originada por los aludes y deslaves. El documento que se presenta, preparado por el CONAVI, bajo la responsabilidad profesional del arquitecto urbanista Federico Villanueva, define su alcance en el título: DOCUMENTO SINÓPTICO DE LOS ANÁLISIS, CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES DE LA COMISIÓN DE EXPERTOS EN HIDRÁULICA, GEOTECNIA, ESTRUCTURAS Y URBANISMO, CONVOCADA POR EL CONSEJO NACIONAL DE LA VIVIENDA POR INSTRUCCIONES DEL MINISTERIO DE INFRAESTRUCTURA. La publicación de este precoz informe reviste una importancia singular, pues una de las causas de que eventos naturales se conviertan en catástrofes es el olvido que sobreviene a los pocos años de ocurridas. Olvido que se consolida porque en nuestro país casi nunca queda constancia accesible de los informes técnicos, a los profesionales y autoridades con responsabilidades o no en las consecuencias sobrevenidas, y mucho menos al gran público. Lo único que hace recordar estas tragedias, generalmente provocadas por los humanos, son los recortes de prensa que atesoran los estudiosos y los curiosos, y algunas referencias futuras eventuales de los propios medios de comunicación. Por eso este documento sinóptico es importante, porque es un recordatorio, es un warning, ya que aludes y deslaves van a continuar ocurriendo en el litoral y Caracas, como han ocurrido a lo largo de toda la historia geológica del Ávila. En junio de 2000 se cumplirán 33 años del más reciente terremoto ocurrido en Caracas, antes lo había sufrido en junio de 1641, octubre de 1766, marzo de 1812 y octubre de 1900. El presente ciclo de estabilidad sísmica puede estar cerca de su fin, por lo que debemos tomar conciencia de la extrema vulnerabilidad del área metropolitana de Caracas, y de la necesidad de consolidar una cultura de la seguridad, lo que implica un esfuerzo colectivo serio en las fases previas de prevención, preparación y mitigación. Ojalá que de la catástrofe ocurrida sepamos sacar la lección de que los desastres hay que enfrentarlos desde antes de ocurrir, porque si bien el detonante puede ser un fenómeno natural, los efectos son mayoritariamente producidos por los hombres y mujeres que pueblan el planeta.