Regresión de la Placa Ateromatosa. Papel de los Antagonístas del Receptor de Angiotensina II

Autores/as

  • Eduardo Romero Vecchione Laboratorio de Estudios Cardiovasculares, Escuela de Medicina JM Vargas, Edificio II, Universidad Central de Venezuela
  • Francisco Rosa Alemán Servicio de Cardiología, Hospital Ruíz y Páez, Ciudad Bolívar.

Palabras clave:

Regresión del ateroma, Simvastatina, ApoA-I Milano, Olmesartan, Plaque regression, Simvastatin

Resumen

 La formación de ateromas toma muchos años de evolución y este proceso es estimulado por la ingesta excesiva de colesterol, ácidos grasos saturados y ácidos grasos trans, sumados a factores aceleradores como el tabaco, el estrés, la diabetes, la hipertensión arterial, el sedentarismo y la obesidad. Histopatologicamente, la placa ateromatosa recluta linfocitos T (helper Th1) y en este momento se desestabiliza, se hace vulnerable, se erosiona y agrieta, hay adhesión de plaquetas y sobreviene el infarto agudo de miocardio. La estabilización de la placa; por el contrario evita su ruptura y esto es posible disminuyendo la inflamación con medicamentos que reduzcan su contenido lipídico, o la actividad de los macrófagos; o interviniendo en procesos como: 1) detener el depósito de LDL-c en la lesión 2) aumentar el transporte reverso de colesterol con HDL-c 3) promover la emigración o muerte de las células espumosas, o macrófagos y 4) remoción de la masa necrótica central que reside en el centro del ateroma. Los estudios de regresión farmacológica de la placa ateromatosa en humanos se iniciaron hace varias décadas con niacina; luego con la simvastatina, un inhibidor de la síntesis de colesterol combinada con niacina aumentó la HDL-c en 26% y bajó la LDL-c en 42%, lo cual se asoció a reducción en 0,4% de la estenosis coronaria evaluada angiograficamente, acompañada de una reducción sorprendente de 87% de los eventos coronarios. Con la apoA-I Milano recombinante, inyectada intravenosamente en pacientes con ateromas coronarios, se logró disminuir el volumen del ateroma en 4,2%; mientras que en el grupo control que recibió placebo, el ateroma aumentó su tamaño en 0,14%. Por otra parte, el sistema renina-angiotensina-aldosterona participa activamente en el desarrollo de la lesión ateromatosa y el olmesartan, un antagonista de angiotensina II (ARA II) reduce el volumen del ateroma en 5,4% Vs. 0,6% en el grupo control; asociado a este cambio, los pacientes tratados con olmesartan tuvieron una sobrevida sin eventos cardiovasculares mayor que la observada en el grupo control, lo cual evidencia un efecto protector antiaterogénico importante de los ARA II. 

 

 Abstract

ATHEROMA PLAQUE REGRESSION. ROLE OF ANGIOTENSIN II RECEPTORS ANTAGONISTS

Evolution of atheroma usually take many years and this process is stimulated by a high dietary intake of cholesterol and both, saturated and trans fatty acids, added to accelerating factors such as tobacco, stress, diabetes, arterial hypertension, sedentary life style and obesity. Histopathology of the plaque reveals recruitment of Th 1 helper lymphocytes which destabilizes the atheroma, making it vulnerable to occlusion because of erosions and fissures; then adhering platelets and blood cells to its surface ensuing a myocardial infarction. On the contrary, plaque stabilization avoids its rupture, a result that can be achieved through reduction of the inflammatory activity in the plaque with medications that reduce its lipid content or by impairing macrophage activity inside the plaque. The former objectives can be obtained by 1) stoping LDL-c deposit 2) increasing reverse cholesterol transport with HDL-c 3) promoting foam cells death or macrophage migration or 4) remotion of the necrotic core of the atheroma. Studies of pharmacological regression of the atheromatous plaque in humans started several years ago with niacin; then with simvastatin (a HMG CoA reductase inhibitor) combined to niacin that increased by 26% HDL-c and reduced 42% LDL-c, a finding associated to 0,4% reduction of angiographically demonstrated coronary stenosis and surprisingly to 87% lowering of acute coronary risk events. On the other hand, recombinant apoA-I Milano, intravenously injected, also induce 4,2% regression of the atheroma volume in comparison to 0,14% decreased volume reduction with placebo. It is worth to consider renin-angiotensin-aldosterone system actively participate in atheroma development because olmesartan, an angiotensin II antagonist molecule (ARA II), reduce in 5,4% coronary atheroma volume, compared to 0,6% reduction obtained with a control treatment; this change was associated to a longer survival of patients without major cardiovascular events in comparison to the control group. This result points to an important cardiovascular protecting effect of ARA II agents. 

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