RAFAEL CASTILLO ZAPATA: «QUIZÁS EL COLLAGE SEA UNA FORMA DE LEER EL MUNDO»

Autores/as

  • Alejandro Sebastiani Verlezza Universidad Central de Venezuela

Palabras clave:

RAFAEL CASTILLO ZAPATA

Resumen

No es tan fácil seguirle la pista a una trayectoria regida por múltiples
intereses y actividades: poemarios, ensayos, textos para catálogos,
borradores de novelas y cuentos, entreverados con veinticinco años
de docencia –las clases también son una forma de escritura– en la
Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela y una larga
trayectoria como investigador en el Centro de Estudios
Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg) en torno a las
vanguardias literarias de América Latina y sus componentes más
«anómalos» —o «raros», para colgarles el a veces olvidado adjetivo
de Rubén Darío. Por si fuera poco, Castillo Zapata quiso entrar en la
extenuante tarea de transcribir sus diarios literarios y publicar –en
ediciones de autor, entre mediados del año pasado y principios del
presente– Travesías y Tratados ––uno recoge las anotaciones del
año 2008, el otro las del 2009. De prosa ondeante y vagabunda,
este par de volúmenes proteicos y minados por infinitas
interpolaciones, curvas teóricas y autobiográficas, viene a ser también
un repaso de lo vivido y leído, cajón de sastre donde confluyen las
más variadas tentaciones de escritura con elaboradísimos «pasajes»,
es decir, las ideas para los libros que van escribiéndose y alternándose
con largos tramos ya definitivamente terminados en esa suerte de
limbo genérico que es a fin de cuentas un diario –«el intento de
entender un poco lo que somos: por qué reaccionamos como lo
hacemos, por qué no hemos aprendido todavía a vivir, por qué no
hemos podido alcanzar aún la plenitud, la serenidad; para explicarnos
en qué consiste por fin la madurez, y ofrecer a los demás todo esto
como un regalo, como el regalo envenenado de lo que somos, de lo
que hemos sido, de lo que somos capaces de ser y hacer».
La discreta aparición de Tratados en las librerías caraqueñas
coincidió con Pares mínimos, su más reciente muestra individual de
collages en La Sala Mendoza. Todas estas circunstancias empujaron
la organización final de este cuestionario. Eso sí, quien quiera buscar
al profesor de salidas incisivas y excéntricas quedará decepcionado.
Aquí hay, definitivamente, otra puesta en escena: la de un escritor
ganado por el ánimo de pensarse a sí mismo y a los otros.

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