EL UROANÁLISIS EN EL DIAGNÓSTICO ETIOLÓGICO Y EVALUACIÓN DE LA HEMATURIA

Autores/as

  • Celsy Hernández UCV
  • Hellen Rangel UCV

Resumen

La presencia de 3 o más eritrocitos o hematíes por campo de alto poder (400X) en el examen microscópico de una muestra de orina parcial evaluada mediante el uroanálisis, se define como hematuria. Desde el punto de vista clínico, la hematuria puede clasificarse en relación al tipo de elementos que la definen, como hemoglobinuria sin hematuria o hematuria con o sin hemoglobinuria; a la cantidad de elementos que se encuentran presentes, como hematuria microscópica o hematuria macroscópica; al momento de emisión o presentación durante la micción, como hematuria inicial, total o terminal; a su duración y aparición a través del tiempo como hematuria persistente, transitoria o recurrente; y de acuerdo al territorio afectado que origina su aparición como hematuria glomerular o postglomerular. En la hematuria glomerular como su nombre lo indica, los glóbulos rojos entran a la orina a través del glomérulo debido a causas sistémicas, hematológicas y glomerulares propiamente dichas, mientras que en la hematuria postglomerular los hematíes ingresan a la orina debido a alteraciones tubulointersticiales o en las vías urinarias. En la práctica clínica diaria, luego de hallar y/o confirmar una hematuria, ya sea microscópica o macroscópica, el siguiente paso en el manejo médico de la misma consiste en establecer su posible origen, ya que el procedimiento médico posterior en relación al diagnóstico, pronóstico, tratamiento y seguimiento de la patología causal depende en gran medida del origen de la hematuria, es decir, si esta es de origen glomerular o no glomerular. Es en este punto, donde la correcta interpretación de los resultados obtenidos del uroanálisis cobra gran importancia, no solo orientando el origen del sangrado (glomerular o no glomerular), sino también contribuyendo con el diagnóstico etiológico en relación a la patología causal, así como en el control y seguimiemiento eficaz y eficiente de las patologías renales y/o de las vías urinarias causales de tipo progresivas. En este sentido, se tiene que la hematuria glomerular se caracteriza por una micción idolora con presencia de sangre en la orina sin coágulos durante toda la micción; la muestra es de aspecto ligeramente turbio o turbio con un color rojo oscuro, que puede ir hacia el marrón, acompañada en grado variable de proteinuria, generalmente más de 100 mg/dl o positivo 2+ de proteínas en tiras reactivas comerciales para el uroanálisis. En el análisis de los elementos formes existe predominio de hematíes dismórficos (entre 20 y 80%), que pueden acompañarse de cilindros eritrocitarios y/o hemáticos, los cuales a su vez pueden aparecer conjuntamente con otros tipos de cilindros, incluyendo cilindros hialinos, granulosos o celulares. Por su parte, la hematuria postglomerular se caracteriza por una micción que puede ser dolorosa, con presencia de sangre en la orina muchas veces con coágulos, no uniforme durante la micción, generalemente más intensa al inicio. La muestra de aspecto ligeramente turbio o turbio, con un color rojo más o menos brillante, puede acompañarse en algunas ocasiones de proteinuria leve (menos de 100 mg/dl), generalmente negativo o menos de positivo 2+ de proteínas en la tira reactiva comercial para el uroanálisis. En el análisis de los elementos formes existe predominio de hematíes eumórficos (generalmente más de 80% eumórficos y menos de 20% dismórficos) y ausencia de cilindros urinarios. En la actualidad se sabe que en ausencia de patología urológicas asociada, las nefropatías glomerulares rinden hematurias dismórficas con porcentajes de dismorfias ubicados por encima de 20-80% en más del 99% de los casos, mientras que lo mismo sucede en las uropatías postglomerulares, la cuales rinden hematurias eumórficas con porcentajes casi superponibles a los anteriores. Sin embargo, también se conoce que existen dismorfías “inespecíficas” de los glóbulos rojos (estrellados, gigantes, fantasma, septados y monodiverticulares), que pueden generarse in vivo a causa de distintas situaciones físico-químicas que se presentan por condiciones fisiológicas y patológicas, entre las que se encuentran osmolaridades muy bajas o muy altas (orinas hipo/hipertónicas), pH de la orina muy ácido o muy alcalino y alteraciones de los electrolitos y cationes urinarios (Ca++), entre otras; así como pueden generarse in vitro por condiciones inadecuadas en el procesamiento de las muestras de orina entre las que se incluyen tiempo prolongado entre la recolección y el análisis de la muestra, velocidad de centrifugación de la muestra muy alta, tiempo de centrifugación elevado, centrifugación de la muestra en tubos de vidrio, resuspensión muy vigorosa de la muestra centrifugada, entre otras. Es por ello, que al momento de la evaluación de la hematuria durante el uroanálisis, deben considerarse y controlarse las variables preanalíticas que afectan la calidad de la muestra (y la morfología de los glóbulos rojos), la cual debe ser analizada mediante miscrosopio de contraste de fase y método estandarizado, a fin de orientar verázmente el origen del sangrado (glomerular o no glomerular), contribuir con el diagnóstico etiológico de la patología causal, así como permitir el control y seguimiemiento eficaz y eficiente de las patologías renales y/o de las vías urinarias causales de tipo progresivas.

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Publicado

2023-04-25