LOS OFIDIOS VENENOSOS COMO FUENTE DE SUSTANCIAS BENEFICIOSAS

Autores/as

  • Luís Navarrete UCV

Palabras clave:

Ofidios venenosos, Sustancias beneficiosas

Resumen

En Venezuela aproximadamente el 20 % de las especies de serpientes son consideradas peligrosas para el ser humano. El envenenamiento ofídico en Venezuela se considera como un problema de salud colectiva, ya que existe un elevado número de casos de accidentes ofídicos. Esto se debe no sólo a que en nuestro país se encuentran serpientes altamente venosas; la diversidad biológica; las bioregiones y pisos altitudinales, sino también al desconocimiento de las personas sobre las especies y sobre mínimas normas de prevención y seguridad ante eventuales casos de envenenamiento. Los grupos de serpientes importantes desde el punto de vista toxicológico y toxinológico son: Familia: Viperidae de dentadura solenoglifa; Elapidae de dentadura proteroglifa y Colubridae (Dipsadidae) de dentadura opistoglifa. Éstos se caracterizan por provocar cuadros fisiopatológicos complejos y variados, los cuales se basan en la acción de múltiples componentes de naturaleza proteica presentes en dichos venenos. Los estudios bioquímicos de estas secreciones tóxicas han mostrado fantástica complejidad, la cual se revela, una vez inyectado el veneno en las víctimas, en una amplia gama de efectos fisiopatológicos. El veneno de las serpientes es un coctel de proteínas en el cual se encuentran diversas actividades, que actualmente son muy apreciadas. Se utiliza para realizar estudios de algunas de sus fracciones o componentes muchos de ellos no tóxicos en la elaboración de fármacos con potencial terapéutico humano y veterinario. De esta manera, serán más las vidas humanas que se van a salvar con el veneno de las serpientes, que las muertes que pueden causar por los desafortunados encuentros y accidentes en los que generalmente las serpientes tienen las de perder, ya que las matan y ellas pocas veces muerden al agresor como método de defensa. Cuando por algunas razones invadimos su hábitat. Tan sólo hay que aprender a convivir con ellas, respetando su espacio y conociendo sus estrategias de vida.

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