De la ermita de San Sebastián a la Santa Capilla, Caracas: La vocación religiosa de un lugar. 1567-1900

Abstract

El Santuario Eucarístico de la Santa Capilla de Caracas se yergue sobre el lugar donde la tradición oral designa que se celebró el primer oficio religioso en el valle de la capital, por parte de los sacerdotes que acompañaban a la misión colonizadora de Diego de Losada. Según rezan las actas del Cabildo de Caracas, en ese sitio se levantó a la postre, por orden de Losada, una sencilla ermita en acción de gracias a San Sebastián, por haber logrado doblegar los ataques con flechas de los grupos aborígenes, permitiendo fundar la ciudad de Santiago de León de Caracas. El devenir de esta ermita y de otra análoga levantada más tarde en honor a San Mauricio, por la superación de una epidemia de langostas, en la esquina oeste contigua, representan las primeras edificaciones religiosas hispánicas levantadas en el valle de los Caracas, antes de la iglesia parroquial principal, para entonces todavía sin estatus de catedral. A través de un estudio histórico basado en la consulta de fuentes primarias y secundarias, contrastadas con la observación directa de la Santa Capilla actual y con los resultados arrojados por exploraciones arqueológicas efectuadas en la vecina escuela de Música José Angel Lamas, se logró precisar la evolución y los diferentes tiempos históricos del devenir del lugar, desde sus antecedentes, a partir de 1567, cuando se levanta la primigenia ermita de San Sebastián, pasando por la fase donde San Sebastián acoge a la imagen de la destruida ermita vecina de San Mauricio, siguiendo con su reconstrucción y ampliación en el siglo XVIII como iglesia de tres naves bajo la advocación de San Mauricio, hasta la construcción de la Santa Capilla en 1883 y su primer ensanche entre 1889 y 1891, ambas bajo la dirección del ingeniero Juan Hurtado Manrique. La obra de la Santa Capilla, difundida por la historiografía como proyectada a la imagen de su homóloga francesa, en sustitución de la colonial y “ruinosa” iglesia de San Mauricio, termina siendo a las luces de la investigación una adecuación y reforma estilística de parte de aquella iglesia y a la vez el núcleo primigenio, que sentó las bases para que mediante procesos de ampliación y composición academicista adquiriese su imagen actual, mediante las posteriores reformas efectuadas en la Caracas gomecista, según diseño del arquitecto Luis Beltrán Castillo, que a pesar de insertar una tercera nave entre las dos planificadas por Hurtado Manrique, logró la puesta en valor del legado de su predecesor decimonónico.