Educando para la paz
Palabras clave:
Cuidado del Niño, Desarrollo Infantil, Pediatría, Salud Infantil, VenezuelaResumen
Dos de los artículos que se publican en este número de Archivos Venezolanos de Puericultura y Pediatría están enmarcados dentro del área de la pediatría que conocemos como Pediatría Social, la cual estudia al niño en relación con la comunidad y trata temas de enorme importancia para el pediatra general, aunque se tiende a prestarles menos atención de la que realmente ameritan. Estos artículos son los titulados “Estrategias de prevención de violencia familiar de
la Cátedra Escuela para Padres” del Dr. Gerardo Fernández y col; y “Maltrato y abuso sexual como causas de abandono del hogar en niños, niñas y adolescentes de la calle” del Dr. Richard Romero Ruiz y col. Es preocupante el aumento de la violencia en nuestra sociedad y en especial entre nuestros niños, sabido es que toda violencia contra los niños, y en particular el maltrato infantil en los 10 primeros años de vida, constituye un problema en sí mismo y un importante factor de riesgo de otras formas de violencia y problemas de salud a lo largo de toda la vida. Por ejemplo, en un estudio reciente de la OMS se ha calculado que los abusos sexuales en la infancia explican aproximadamente un 6% de los casos de depresión, un 6% de los casos de abuso/dependencia del alcohol y las drogas, un 8% de los intentos de suicidio, un 10% de los casos de trastorno de pánico y un 27% de los casos de trastorno de estrés postraumático. Otros estudios
también han relacionado los malos tratos físicos, los abusos sexuales y otros acontecimientos violentos en la infancia con el consumo excesivo de tabaco, los trastornos alimentarios y los comportamientos sexuales de alto riesgo, que a su vez están relacionados con algunas de las principales causas de muerte, como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares. Ciertamente, no es difícil entender cómo las situaciones violentas de cualquier tipo, intensidad y duración pueden conspirar contra el sano desarrollo del niño, tanto en el ámbito puramente biológico como en el psicológico y social. Siendo que ni géneros, edades o clases sociales son inmunes a la violencia, los pediatras tenemos un papel de suma importancia en proveer herramientas a padres y cuidadores para ayudarlos en la prevención de la violencia familiar. Este tipo de violencia, al igual que todas sus variantes, constituye la forma más destructiva de manejar los conflictos que se presentan continuamente en las relaciones humanas.