Discurso pronunciado por la Dra. Gloria Yamín de Barboza en el acto inaugural del LVII Congreso de Pediatría. Maracaibo. Septiembre 2011

Autores/as

  • Gloria Yamín de Barboza Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría

Palabras clave:

Personajes, Sociedades Médicas, Congreso, Investigación, Venezuela

Resumen

Al ser enterada de mi designación como Epónima del LVII Congreso Venezolano de Pediatría, me detuve a reflexionar, luego de superada la sorpresa inicial que me produjo el anuncio, sobre el significado que tal reconocimiento
tendría para mi persona, con las consecuencias y obligaciones que contraería, al ser honrada en forma tan generosa
por los Directivos de la Sociedad. Entonces, pasé del halago que ocurre en todo ser humano cuando se es reconocido por otros, máxime si ello acontece en forma espontánea, a sentir sobre mis espaldas el peso de una tremenda responsabilidad, ya que he considerado que cualquier tipo de distinción de que fuese objeto mi persona, crearía automáticamente mi compromiso ineludible con los fundamentos en que se sustenta la Sociedad de Pediatría y a los que yo estaría obligada a dar fiel cumplimiento en forma respetuosa y ostensible. Ser Epónima me autoriza a insistir en que los médicos pediatras y, por ende, sus órganos rectores como la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría, debemos velar siempre por una verdadera y no mediatizada salud infantil, pues es nuestro deber como lo indica la Organización Mundial de la Salud, que la misma es un derecho inherente a toda persona, sobre todo si es niño, por sus características de sometimiento y dependencia y en base a esto dice taxativamente que “la salud no es solo la ausencia de enfermedad, sino que además es un estado de bienestar bio-psico-social” del cual debe gozar todo individuo, cualquiera sea su condición económica, racial, etaria o de género.

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Publicado

2024-06-11