URBAN MARGINALITY IN THE COMING MILLENNIUM
Palabras clave:
Marginalidad urbana avanzada, adolescentes, jóvenes, pobreza. Advanced urban marginality, teenagers, youth, poverty.Resumen
RESUMEN
Este artículo bosqueja la caracterización del régimen de marginalidad urbana que ha emergido en las sociedades avanzadas, desde el cierre de la era fordista, resaltando cuatro razones que se combinan para producirlo: una tendencia macrosocial hacia la desigual, la mutación del salario de mano de obra (trayendo como consecuencia tanto la desproletarización como la economía informal), recortes de los programas de ayuda estatales, la concentración espacial y la estigmatización de la pobreza. El aumento de esta nueva marginalidad no es indicio de una convergencia transatlántica del modelo americano: las vecindades europeas de relegación están profundamente penetrados por su condición y las tensiones etnorraciales que en ellos son explosivas, no por el creciente abismo entre los inmigrantes y los nativos, sino por la creciente proximidad social en el espacio físico. Para hacer frente a las formas emergentes de marginalidad urbana, las sociedades encaran esto con una alternativa de tres vértices: ellos pueden adecuar los programas existentes de ayuda estatales, criminalizar la pobreza vía la contención punitiva del pobre, o instituir nuevos derechos sociales que rompan con la subsistencia de esta práctica en el mercado laboral.
ABSTRACT
This article sketches a characterization of the regime of urban marginality that has emerged in advanced societies since the close of the Fordist era, highlighting four logics that combine to produce it: a macrosocietal drift towards inequality, the mutation of wage labor (entailing both deproletarianization and casualization), the retrenchment of welfare states, and the spatial concentration and stigmatization of poverty. The rise of this new marginality does not signal a transatlantic convergence on the American pattern: European neighborhoods of relegation are deeply penetrated by the state and ethnoracial tensions in them are fueled, not by the growing gap between inmigrants and natives, but by their increasing propinquity in social and physical space. To cope with emergent forms of urban marginality, societies face a three- pronged alternative: they can patch up existing programs of the welfare state, criminalize poverty via the punitive containment of the poor, or institute new social rights that sever subsistence from performance in the labor market.