EL OLFATO PERDIDO CON SARS-COV-2 ¿QUÉ SUCEDE REALMENTE?

Autores/as

  • Miguel Alfonzo Instituto Nacional de Higiene "Rafael Rangel", Dirección de Docencia, Investigación y Extensión

Resumen

En algunas personas, la anosmia es el primer síntoma o un síntoma temprano, y para algunos el único síntoma de COVID-19. Por lo tanto,
es tentador considerar la anosmia como diagnóstico. De hecho, en este momento, con el nuevo coronavirus en todo el país y el mundo, una
pérdida repentina del olfato, especialmente en una ciudad con grandes tasas de infección, se asocia más con COVID-19 que con cualquier otra
cosa. La disfunción olfativa ahora figura como uno de los síntomas clave de la enfermedad, y se ofrece orientación a los médicos para evaluar
la función olfatoria. Sin embargo, la pérdida del olfato es un componente
importante de muchas afecciones, desde un simple resfriado, hasta una infección sinusal, pasando por la enfermedad de Alzheimer y Parkinson en etapa temprana, o simplemente el envejecimiento. Si bien la anosmia puede ser un síntoma útil para sospechar una infección en medio de una pandemia e indicar una prueba, no es en sí un diagnóstico de COVID-19.

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Biografía del autor/a

Miguel Alfonzo, Instituto Nacional de Higiene "Rafael Rangel", Dirección de Docencia, Investigación y Extensión

Director de Docencia, Investigación y Extensión

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SIN LENTES