Turbiditas en sedimentos profundos de la cuenca oceánica de Colombia e influencia del río Magdalena

Resumen

El delta del río Magdalena, de Colombia, es uno de los pocos que, en el mundo, cae directamente sobre el talud continental. Extensas investigaciones en la desembocadura del río han revelado la existencia frecuente de derrumbes los cuales han originado probablemente corrientes de turbidez. Sin excepción, cada núcleo obtenido del Plano Abisal de la cuenca oceánica de Colombia y Venezuela contiene "turbiditas". Estos sedimentos elásticos contrastan marcadamente con los lodos de foraminíferos pelágicos con los que se hallan intercalados. En cambio, las turbiditas están completamente ausentes en las partes centrales del Mar Caribe que están situadas por encima del plano abisal, como las lomas oceánicas de Jamaica y Aves. Las turbiditas se pueden distinguir fácilmente. Están caracterizadas por capas arenosas o limosas, gradadas o no, de colores grisáceos, presencia común de materia orgánica, contactos inferiores muy marcados, escogimiento granulométrica relativamente bueno, curvas de distribución granulométrica con asimetría (skewness) positiva y muy puntiagudas (leptokurtic). Laminación fina y laminación cruzada son muy comunes. El carácter granulométrico de las turbiditas es muy similar al de los sedimentos de la desembocadura del río Magdalena, tanto los del cauce como los que se hallan en suspensión. El escogimiento granulométrico de las turbiditas, menor que el de las arenas del cauce del río, se diferencia claramente del de los sedimentos hemipelágicos, terrígenos y eupelágicos del área. Corrientes de turbidez en número apreciable, no han alcanzado la parte norte del Plano Abisal de Colombia desde comienzos del Wisconsin. Aproximadamente un metro de material pelágico se encuentra sobre la turbidita más reciente. La intensidad de sedimentación de turbiditas en el Plano Abisal de Colombia parece ser aproximadamente de unos 25 metros por millón de años. Lo que equivaldría en el área a 100 kilómetros cúbicos por cada 100.000 años. Esta cifra es comparable con la descarga (gasto) actual del río Magdalena de alrededor de 426,6 km3/100.000 años.