SISTEMA Y FLUJO LINFÁTICO: UN ESPACIO PROTECTOR PARA LA DISTRIBUCIÓN DE TOXINAS DE VENENO EN OFITOXEMIA

Resumen

Los accidentes por mordedura de serpiente producen una disfunción orgánica potencialmente mortal causada por un desequilibrio en la respuesta del cuerpo al envenenamiento, y la lesión aguda de la estructura relacionada con las actividades de la toxina es un hallazgo habitual. La rápida morbilidad y la alta mortalidad relacionadas con la mordedura de serpiente es un problema clínico sustancial al que se enfrenta la medicina de urgencia. Las disfunciones de inflamación, neurotoxicidad y hemostasia juegan un papel protagonista crítico en la incidencia de estos envenenamientos. Sorprendentemente, el organismo libera diferentes factores antiinflamatorios o inhibidores de la proteólisis para combatir las toxinas del veneno, tales como la α1-antitripsina, el inhibidor de la peptidasa de la serpina, el orosomucoide (glicoproteína ácida α1, AGP). Sin embargo, las actividades extremas de las toxinas pueden dañar varios tejidos y órganos cuando no se logran inactivar a tiempo. Además, siempre hemos observado que los vasos linfáticos pueden transferir con éxito muchas toxinas desde la circulación sanguínea hacia el sistema linfático, como se observa en el edema y la formación de flictenas (ampollas) en las extremidades mordidas, promoviendo así la extracción de elementos venenosos y de esta manera disminuyendo el daño tisular. En consecuencia, cualquier disfunción y/o destrucción del sistema linfático puede terminar en una concentración severa de toxinas en órganos y vasos sanguíneos seguida de daños intensos y muerte. El análisis actual espera revisar y enfocar la responsabilidad de los vasos linfáticos en los tejidos y órganos corporales, a los cuales se encuentran estrechamente asociados, durante el envenenamiento por mordedura de serpiente.