Aristóteles y el problema de la ontología.
Resumen
Cuando nos preguntamos qué sea el filosofar, en contraste con las otras actividades humanas, podemos responder que este es un intento de conocer los omniconcernientes y el todo. Desde hace varias décadas yo llamo “omniconcernientes” a las estructuras y propiedades que se refieren de una u otra manera a todas las cosas. La tarea de determinar qué sea ese todo, así como sus “partes”, sus estructuras y su articulación, puede ser realizada de muchas maneras, a menudo contrapuestas unas a otras. En efecto, sólo pocos filósofos se ocupan de esa tarea fundamental; la mayoría de ellos se olvidan de esta y se ocupan de cuestiones secundarias y hasta superficiales. Por otra parte, esa tarea fundamental puede ser interpretada de muchas maneras. Una de ellas es lo que se ha llamado, a partir del siglo XVII, “ontología”, la cual debería ocuparse expresamente de los entes en total y de su ser. Pero ese título no es necesario, pues Aristóteles mismo, quien ha sido uno de los fundadores de la ontología, tampoco lo conocía. Y hay muchos que han hecho aportes relevantes a la tarea mencionada, y que niegan, sin embargo, tener algo que ver con tal disciplina o tendencia filosófica.Descargas
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