Kant y el problema del progreso

Autores/as

  • Juan Berraondo Universidad de San Sebastián, Guipuzcoa, España.

Palabras clave:

Progreso, Filosofía de la Historia, Razón Teórica, Razón Práctica, Progress, Philosophy of History, Theoretical Reason, Practical Reason

Resumen

El artículo tiene como objeto elucidar las diversas etapas por las que pasa el pensamiento de Kant en sus reflexiones sobre la relación entre Historia y progreso; entendiendo progreso como un desarrollo cada vez más completo de la moralidad, esto es, de la libertad. Se analiza la relación entre el hombre como ser natural y la contraposición que se da en él entre la sociabilidad y la discordia; teniendo en cuenta que esta última es una fuerza motora, que permite el desarrollo de sus disposiciones naturales. Ya que una vez alcanzado el fin, la concordia, desaparecida la discordia motora, se recaería en la paz de los cementerios. El progreso, por tanto, es un proceso sin límites asignables. En otro escrito, de 1786, dos años después, Kant replantea el problema del progreso, como un proceso que conduce a la paz. Acá se sostiene que Kant, de nuevo, se ve obligado a admitir que la discordia, la guerra, con sus cargas de incertidumbre y temor, es irreductible porque es necesaria. En otro nuevo intento por establecer una compatibilidad entre los medios y el fin, Kant acude a la razón práctica: ésta sólo ordena la acción, de acuerdo al imperativo categórico y no construye una finalidad. De allí que la razón teórica tenga que recurrir a la idea de finalidad, no dada en los fenómenos. Tendría que ser otro postulado, el cuarto, añadido a los de libertad, inmortalidad del alma y existencia de Dios; pero ése es un ideal subjetivo que no satisface a Kant, por cuanto el término del proceso tendría que pertenecer a los acontecimientos. La idea está separada de los hechos, pertenecen a esferas distintas. No obstante esas contradicciones, Kant no pierde la fe en el progreso de la libertad de los hombres.(Redacción editorial.)

 

Abstract

This paper is intended to elucidate the different stages of Kant’s reflection on history and progress. First, progress is considered to be an ever-growing development of morality, that is of freedom. The relations between man as a natural being and the opposition between sociability and discordance are analysed; discordance is conceived as a force pressing to give natural dispositions full development. Therefore, progress is an unlimited process. Two years later, in 1786, Kant turns to the problem of progress as a process leading to peace, and again admits that discordance and war, however burdened with fear and uncertainty, are as unavoidable as necessary. In a new effort to show compatibility between means and ends, Kant holds that practical reason only arranges action in accordance with categorical imperative, but builds no finality. Thus, theoretical reason must assume the notion of finality aside from phenomena. It should be considered, then, as o fourth postulate, in addition to freedom, immortality of the soul and the existence of God; but Kant is not satisfied by this subjective ideal, since the end of the process would be part of the facts. Idea and facts are of different nature. Despite these contradictions, Kant holds his faith in the progress of man’s freedom. (Editorial staff.)

 

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