Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2023 Vol. XXIX, No. 2 (jul - dic), pp.181-208
ISSN 1315-3617 E-ISSN 2665-010X
https://doi.org/10.54642/RVAC
Este artículo y sus anexos se distribuyen por la revista venezolana de Análisis de
Coyuntura, bajo los términos de la Licencia CreativeCommons Atribución-
NoComercial-CompartirIgual
RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL COMO
ESTRATEGIA DE NEGOCIOS SOSTENIBLE Y RESPONSABLE
CORPORATE SOCIAL RESPONSIBILITY AS RESPONSIBLE
AND SUSTAINABLE BUSINESS STRATEGY
DANIEL ORTA
UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA. CARACAS. VENEZUELA
https://orcid.org/0000-0002-7126-5239
Fecha de recepción: 16/02/2023 Fecha de aceptación 15/08/ 2023
https://doi.org10.54642/RVAC.2023.2.1.6
Licenciado en Trabajo Social, Comunicación Social. T.S.U en Artes; Máster con triple titulación en
Responsabilidad Social Corporativa, Ética y Desarrollo Organizacional de la UNESCO; Especialista en RSE
(UNIMET); Especialista en Gerencia - Organización de Empresas y Doctorando en Gerencia de la Universidad
Central de Venezuela (UCV). Profesor de la Escuela de Trabajo Social y Postgrado en Ciencias Administrativas
(UCV). Director de la Red Profesionales RSE en el Mundo. Email: DanielOrtaRSE@gmail.com
Responsabilidad social empresarial como estrategia de negocios sostenible y responsable
182
Resumen
En este ensayo se considera la responsabilidad social empresarial (RSE) como una estrategia de negocios,
vinculada en su desarrollo a la globalización de la economía mundial. Surge de la necesidad de innovación
empresarial para la competitividad y la sostenibilidad de la empresa y su entorno; debe ir más allá de los
aspectos económicos para involucrarse en el ámbito de la gestión y de la relación de esta con su entorno social
y medio ambiental.
En este sentido, la RSE viene siendo la expresión social de la conducta ética de la empresa, en la medida que
sus decisiones afectan a sus grupos de interés. Con relación a este nuevo accionar empresarial, surge el
presente ensayo que tiene como objetivo general “Comprender y acentuar el carácter estratégico de la RSE
para la sostenibilidad de las organizaciones”.
Palabras clave: responsabilidad social empresarial, estrategia de negocios, sostenibilidad, desarrollo
sostenible. conducta ética de la empresa.
Código JEL: M14, Q01
Abstract
Corporate Social Responsibility (CSR) is a new business strategy linked in its development to the globalization
of the world economy. It arises from the need for business innovation for the competitiveness and
sustainability of the company and its environment. This must go beyond economic aspects to become involved
in the field of management and its relationship with its social and environmental surroundings.
In this sense, CSR is the social expression of the company’s ethical conduct, insofar as its decisions affect its
stakeholders. In relation to this new business action, this article arises with the general objective of
"Understanding and accentuating the strategic nature of CSR for the sustainability of organizations".
Keywords: corporate social responsibility, business strategy, sustainability, sustainable development. ethical
conduct of the company.
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A MODO DE INTRODUCCIÓN
La economía mundial ha estado caracterizada por sus constantes cambios y
competitividad, donde las empresas desempeñan un rol significativo; estas no se
circunscriben solo al ámbito económico, al nacer y prosperar en la sociedad, asumen un
papel determinante como generadoras de riqueza que deben dar respuestas a las
necesidades de los actores de sus áreas de influencia. Ello demanda a la gerencia, estar
atenta respecto a sus estrategias y nuevas formas de hacer negocios.
Uno de los retos que se le presenta hoy al mundo empresarial es guiar sus acciones
con sustentabilidad, ética y responsabilidad; para ser competentes, deben valerse de
estos principios y es aquí donde cumple un papel estratégico la Responsabilidad Social
Empresarial (RSE). La misma no tiene una conceptualización única, sin embargo, se
puede entender, según el Consejo Mundial para el Desarrollo Sostenible, 2001, citado
por Méndez (2004) como, “un compromiso continuo de actuar éticamente y de
contribuir al crecimiento económico, al mismo tiempo que mejora la calidad de vida de
la fuerza laboral y de sus familias, como de la comunidad local y de la sociedad general”
(p.175).
Es necesario enfatizar que la industrialización, globalización y liberalismo económico
en las últimas décadas del siglo XX, han propagado en mayor medida la RSE. La creación
y expansión de grandes empresas, genera mayores niveles de competitividad. En este
sentido, refiere Guédez (2006) que, “la competitividad debe ser asumida como la
capacidad para reaccionar adecuadamente ante los riesgos y oportunidades del
entorno” (p.45).
La RSE es un factor clave en la sostenibilidad de cualquier organización, la cual debe
atraer a sus grupos de interés con argumentos diferenciadores y la actitud responsable
es, quizá, el más importante de estos argumentos. La implementación de prácticas de
RSE y relacionamiento con los grupos de interés, se está extendiendo gradualmente en
las empresas como resultado de las demandas de su entorno. Reyno (2006) señala que,
“la gestión de la RSE no debe quedarse en una mera gestión del ámbito operativo, sino
que debe integrarse en la gestión estratégica como un elemento más a considerarse como
generador de ventajas competitivas” (p. 15).
Sobre la base de estas premisas, el objetivo general de este ensayo es comprender y
acentuar el carácter estratégico de la RSE para la sostenibilidad de las organizaciones,
por lo que se requiere:
Describir las bases teóricas de la RSE como una estrategia de negocios sostenible
y responsable.
Identificar los enfoques estratégicos y dimensiones de la RSE.
Conocer la importancia e implementación del mapa de oportunidades de RSE
como una herramienta de competitividad organizacional.
Responsabilidad social empresarial como estrategia de negocios sostenible y responsable
184
UNA APROXIMACIÓN A LA NOCIÓN DE RSE
Es importante precisar la RSE desde un punto de vista estratégico, como marco de
gestión y referencia que debe ser transversal en las organizaciones para generar valor a
sus grupos de interés, y con ello ser sustentablemente competitivas. Con relación a esto
Guédez (2008), alude al concepto que asume la Red Forum Empresa:
Entendemos el concepto de RSE como un modelo de gestión. No es filantropía, es la
gestión de una empresa que considera sus temas económicos, sociales y ambientales.
Busca el mismo fin de las empresas: generar riqueza y ser rentables. La diferencia es que
hoy día esa riqueza no puede ser generada a costa de cualquier cosa. (p.99).
Esta conceptualización, tiene elementos que describen, en esencia, lo que debe
considerarse al determinar la responsabilidad social de una empresa y sus alcances. Al
partir de esta generalidad, es significativo destacar lo que refiere el mismo autor (2006),
“la RSE es una idea de plena secuencia de conformación que todavía se encuentra en
busca de su historia” (p.70); para comprenderla, debemos centrarnos en los factores de
su surgimiento, la evolución del concepto hasta nuestros as y la relación trisectorial
economía-sociedad-empresa.
FACTORES DE SURGIMIENTO DE LA RSE
El surgimiento de la RSE nace tal y como expresa Lozano (1999), del debate sobre la
consolidación del paso del individuo a la empresa como objeto de reflexión ética. Este
paso se da bajo la perspectiva de pensar cuál es el lugar social de la empresa, cuál es su
aporte a la sociedad; la empresa como sujeto moral.
Parafraseando a Guédez (2006), los orígenes de la RSE reportan a lo que se puede
denominar su basamento “la ética”, pilar fundamental de la misma. En este sentido, la
RSE viene siendo la expresión social de la conducta ética de la empresa, en la medida
que sus decisiones afectan a sus grupos de interés.
El incremento de la conciencia social y por ende, la creciente crítica social sobre lo
que tiene que hacer y sobre lo que no tiene que hacer la empresa, da lugar a una forma
de respuesta con el fin de lograr que esta pueda sintonizarse con las exigencias de la
realidad que la rodea. Araque y Montero (2006) destacan una serie de factores que
pueden considerarse como los desencadenantes para el surgimiento de la RSE, entre
estos se pueden citar los siguientes:
1. El desfase entre las expectativas sociales de la actuación de la empresa con su
actuación real.
2. El papel de los medios de comunicación, los cuales han colaborado en la
creación de una matriz de opinión adversa a la empresa, en muchos casos en la creación
de mayor conciencia social y de un estado de críticas a la empresa.
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3. La aparición de los movimientos pro derechos ciudadanos, ya sean trabajadores
consumidores o miembros de una comunidad.
4. La creciente actitud de víctima de los ciudadanos, que se perciben como
víctimas de las malas actitudes de la empresa.
EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE RSE
El autor Guédez (2006) refiere que un concepto puede admitir historia, y en la medida
que pasa el tiempo, se va nutriendo y esclareciendo con cada una de sus aplicaciones.
En el caso específico del concepto de RSE, se evidenció la preocupación de entender el
papel de la empresa ante la sociedad desde inicios del siglo XIX, con lo que se conocía
como caridad o filantropía de los propietarios. Se trataba de acciones filantrópicas o de
caridad que ponían en práctica las empresas para ayudar a los grupos más
desfavorecidos, sin un carácter técnico o científico que permitiera medir el retorno de la
inversión social lo que hoy se conoce como estándares y metodología de la RSE.
A finales de ese siglo, principios del siglo XX y como resultado de las presiones
sociales originadas en las crisis económicas, las empresas asumieron una actitud
paternalista, según la cual, las organizaciones además de generar beneficios para sus
propietarios, también debían ser administradoras de recursos sociales. Las nuevas
doctrinas de responsabilidad según Araque y Montero (2006) nacieron más por el temor
de nuevas regulaciones estatales que por una sincera convicción de contribución a la
mejora social.
A partir de la década de los cuarenta y cincuenta, se produjo la primera oleada
conceptual que, planteaba la interrelación empresa-sociedad y cuestionaba que las
empresas no tomaran en cuenta las implicaciones sociales de su actividad. Asimismo,
“surgió el desarrollo de una nueva clase profesional que tenía como objetivo conducir
las acciones de las empresas de manera que satisficieran las necesidades del contexto”
(Araque y Montero, 2006, pp. 25-27).
En los años sesenta, sintetizando lo expresado por Cortina (2008), se desarrolló un
consenso de los círculos económicos y empresariales sobre la “no reducción” de la
empresa a su función económica, la atención de todos los grupos incluidos en la
actividad empresarial y la implicación de la empresa en la solución de los problemas
sociales. Por su parte, en esta década se dio lugar a la intensificación de las posturas
enfrentadas acerca de esta terminología social.
La década de los setenta y ochenta se caracteri por la búsqueda de un
perfeccionamiento conceptual y la expansión de la investigación práctica frente a la
teórica; aparecieron temas como el de la responsividad social que “viene a ser una
respuesta social y una fase más evolucionada de la respuesta de una empresa a las
expectativas sociales” (Araque & Montero, 2006, p.94).
Responsabilidad social empresarial como estrategia de negocios sostenible y responsable
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En los años setenta, apareció la teoría más radical sobre RSE propuesta por Friedman
(1970) citado por Lozano (1999). Según él, la responsabilidad social de la empresa no es
otra que aumentar sus beneficios, usar los recursos y realizar actividades para aumentar
los ingresos siempre que cumpla con las reglas del juego. Esta teoría parte de la hipótesis
que la empresa no es la responsable de solucionar los problemas sociales, cuestión en la
que difiere el autor de esta investigación, dado que la empresa es una organización
humana, con un contexto que la rodea, y sus objetivos son inseparables a esa condición.
Finalmente, en la década de los noventa y el nuevo milenio, se registraron menos
conceptos y más avances en nuevos temas de interés como el Business Ethics, la teoría de
los Stakeholders, y la teoría de la Creación de Valor Compartido de Porter y Kramer.
La evolución del concepto de RSE en los últimos tres siglos, se diferencia, por cuanto
en las últimas décadas, estas aproximaciones conceptuales se han convertido en estudios
formales de tipo científico que, quieren dar respuesta a las relaciones sociales que se
generan entre los actores principales: economía, sociedad y empresa. Anteriormente
eran respuestas reactivas a situaciones o presiones del entorno, ahora transitamos hacia
la RSE proactiva.
PRINCIPIOS DE LA RSE
Cuando se aborda y ejerce la responsabilidad social, el objetivo primordial para una
organización es maximizar su contribución al desarrollo sostenible. Si bien no existe una
lista definitiva de principios para la RSE, dentro de este objetivo se plantea que las
organizaciones deberían respetar los siete principios que se describen a continuación,
según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico OCDE, (2016):
1. Rendición de cuentas: una empresa debe rendir cuentas por sus impactos en la
sociedad, la economía y el medio ambiente.
2. Transparencia: una empresa debe ser transparente en sus decisiones y
actividades que impactan en la sociedad y el medio ambiente.
3. Comportamiento ético: el comportamiento de una empresa debe basarse en los
valores de la honestidad, equidad e integridad. Estos valores implican la preocupación
por las personas, animales y medio ambiente, y el compromiso de tratar el impacto de
sus actividades y decisiones con relación a los intereses de os grupos de interés.
4. Respeto a los intereses de las partes interesadas: una empresa debe respetar,
considerar y responder a los intereses de sus grupos de interés.
5. Respeto al principio de legalidad: el respeto al principio de legalidad es obligatorio.
En el contexto de la RSE, implica que una organización cumple con todas las leyes y
regulaciones aplicables.
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6. Respeto a la normativa internacional de comportamiento: una empresa debe respetar
la normativa internacional de comportamiento, a la vez que acata el principio de respeto
al principio de legalidad.
7. Respeto a los derechos humanos: las empresas deben respetar los derechos
humanos y reconocer, tanto su importancia como su universalidad.
ENFOQUES CLÁSICOS DE LA RSE
Existen diversos enfoques que fundamentan la noción de la RSE. (Ver tabla 1).
Tabla 1: Comprensión de los enfoques clásicos de la RSE
Autor:
Enfoque
Comprensión del enfoque
Carroll referida por
Lozano (2009);
Márquez, Reficco y
Berger, (2010): Negocios
sociales, inclusión, y
responsividad social de
la empresa
Este enfoque concibe la RSE como un proceso, dada la dificultad de alcanzar
un consenso sobre cuáles deberían ser sus impactos y manifestaciones.
Considera que la definición de RSE que tenga en cuenta completamente la
totalidad de obligaciones que la empresa tiene hacia la sociedad, ha de expresar
las cuatro categorías no excluyentes entre (económica, legal, ética y
discrecional).
El concepto de responsividad, permite anticipar, responder y gestionar las
cuestiones y problemas que surjan ante las diversas exigencias y expectativas
de los grupos de interés. Ser responsivo implica la capacidad de iniciativa, no
simplemente una respuesta pasiva, se trata de proactividad y creatividad
para hacer frente a las amenazas del entorno.
Vargas, Mireya (2011):
Contrato social entre
empresa y sociedad
La autora habla de un nuevo contrato social entre empresa y sociedad, según
el cual se le exige a ésta rendir cuentas, adelantarse a sus expectativas de
información y comunicación, conocer sobre los progresos en lo humano y lo
social. Es un contrato implícito y explícito entre la empresa y la sociedad en la
que ella, hace vida económica.
Para las empresas, la sostenibilidad representa un reto que obliga a actuar
de manera rápida, consciente y efectiva, pues la posibilidad de afectar las
oportunidades y libertades que contribuyen al bienestar y el florecimiento de
la vida de generaciones actuales y futuras no es ya una simple hipótesis, sino
un hecho. Esta realidad, reclama de la empresa una acción responsable y una
inversión social que muestre resultados efectivos en las esferas: ambiental,
social y económica.
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Autor:
Enfoque
Comprensión del enfoque
Guédez, Víctor (2006;
2008):
Ética empresarial,
bienestar, capital
social, sostenibilidad y
humanización
Refiere que la mejor manera de aceptar el desafío de comprender la vocación
histórica de la RSE es plantearnos su fundamentación u origen epistemológico,
lo cual obliga a cubrir y entender los siguientes aspectos:
El porqué de la RSE, como las causas o motivos que se relaciona con las ideas
de retribuir. El para qué de la RSE, es decir cuál es su propósito. El porqué del
porqué de la RSE, responde al origen de ésta y tiene que ver con la ética, a
como la ética tiene que ver con el efecto de las decisiones en los otros.
La ética según este autor, sirve para avanzar, crecer, elevarnos, mantener la
secuencia, para no dejar de ser cada vez mejores. En este sentido, una empresa
que mantenga un excelente Gobierno Corporativo y en efecto un capital
humano comprometido y éticamente responsable, será más competitiva.
Es importante mencionar que, la ética empresarial se pregona desde los
líderes que la administran, éstos son los responsables de su instauración en la
filosofía de gestión y práctica en misma. Son quienes deben emanar el
sentimiento y la pasión de vivirse éticamente responsables, resaltando que, lo
importante no es lo normativo ni lo indicativo, sino cómo se vive.
Sobre la base del argumento de Guédez, las empresas deben trabajar en
función del bien común, el respeto por los DDHH, ambientales y del entorno,
la promoción de la educación integral, la paz, y la reconstrucción de un país
con el suficiente capital social para hacer frente a las amenazas del entorno y
así, generar bienestar en la sociedad.
Lozano (2009):
Empresa ciudadana,
responsable y
sostenible. Ciudadanía
corporativa
Para este autor, la Empresa Responsable y Sostenible es un término más
completo a la hora de hablar de RSE, acuña los siguientes términos: empresa
(como actor económico y social), responsable (relaciones, valores,
articulaciones y responsabilidad ante sus consecuencias), y sostenible (social,
ambiental y económicamente responsable).
De igual manera, el autor propone la expresión “empresa ciudadana”, es una
ciudadanía entendida como contribución a la comunidad. Así pues, no se trata
que las empresas sustituyan a los gobiernos, sino que contribuyan a la
gobernanza social y ahí es donde se habla de empresa ciudadana. La RSE es
vista como gestión (hacer posible desde una aproximación estratégica) de las
relaciones de la empresa con todos sus grupos de interés, teniendo en cuenta
todas las dimensiones de dichas relaciones, se refiere a una visión de la RSE
desde la perspectiva de la gobernanza social.
Kramer & Porter (2006):
Valor compartido
Estos autores plantean el término “Valor Compartido”, según este enfoque,
las empresas deben reconectar su éxito de negocios con el progreso social, no
debe estar en el margen de lo que hacen las empresas, sino en el centro. Para
un reconocimiento pleno se requiere que los líderes y ejecutivos desarrollen
nuevas habilidades y conocimientos, con una mirada mucho más profunda de
las necesidades de la sociedad, una mejor comprensión de las verdaderas bases
de la productividad de la empresa y la capacidad de colaborar con su entorno.
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Autor:
Enfoque
Comprensión del enfoque
El concepto de valor compartido reconoce que las necesidades sociales, y no
sólo las necesidades económicas convencionales, son las que definen los
mercados. También reconoce que los males o las debilidades de la sociedad
suelen crear costos internos para las empresas, como enera o materias primas
despilfarradas, accidentes costosos y la necesidad de capacitación paliativa que
compense las insuficiencias en educación. El abordar los daños y limitaciones
de la sociedad no eleva necesariamente los costos para las empresas, porque
pueden innovar mediante el uso de tecnologías, métodos operacionales y
enfoques de gestión novedosos, con lo que, como resultado, elevarían su
productividad y expandirían sus mercados.
Fuente: elaboración propia (2022), a partir de los mencionados autores.
Por otra parte, tal como se ha mencionado anteriormente, la RSE debe contemplar la
dimensión interna y externa de una organización, así como los grupos de interés, en
consecuencia, es uno de sus fundamentos y se precisa referir, a continuación, la teoría
dispuesta para ello.
DIMENSIONES DE LA RSE (INTERNA Y EXTERNA)
Una empresa socialmente responsable debe practicar una conducta coherente entre
ambas dimensiones (interna y externa), la primera está comprendida por beneficios
principalmente a los colaboradores, su bienestar y seguridad. La segunda “hacia
afuera”, reconocer todos los grupos de interés que forman parte de su existencia.
Curto (2012) identifica cuatro dimensiones en las que se sustentan las políticas de RSE
Interna:
Figura 1: Dimensiones de la responsabilidad social empresarial interna
Fuente: elaboración propia, 2022, a partir de Curto (2012).
Organizativa
De las
relaciones
De las
personas
Ambiental
Responsabilidad social empresarial como estrategia de negocios sostenible y responsable
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1. Dimensión organizativa: refiere que las empresas deben tener políticas que le
permitan estar capacitadas internamente para adaptarse y gestionar el impacto sobre
sus trabajadores y validar continuamente el diálogo social en las relaciones laborales.
2. Dimensión de las relaciones: favorece la participación y compromiso activo de los
colaboradores, para eliminar los riesgos laborales y lograr el bienestar, a través de su
colaboración en los beneficios y el capital de la empresa, así como también en las
actividades de voluntariado social-ambiental.
3. Dimensión de las personas: las empresas deben trabajar internamente en dos
ámbitos clave; las políticas de formación y aprendizaje y las políticas de igualdad, no
discriminación e integración de las personas con discapacidad.
4. Dimensión ambiental: donde tiene s capacidad de actuación la empresa es el
ámbito de la conciliación de la vida familiar y laboral.
En este orden de ideas, Sánchez (2010), afirma que la dimensión interna de la RSE:
Incluye fundamentalmente a los trabajadores y sus familias; los trabajadores
constituyen el recurso fundamental de la gestión empresarial y hacia ellos es
necesario dirigir iniciativas concertadas y acordadas que impacten positivamente,
tanto las condiciones en las cuales realizan su trabajo, como su calidad de vida
integral y la de sus familias. Estas iniciativas suponen el conocimiento previo de
cuáles son las áreas de mayor incidencia en el mejoramiento de su calidad de vida,
y el desarrollo de esfuerzos sostenidos para superar un enfoque meramente
filantrópico o de cumplimento del marco regulatorio, siempre en una relación de
corresponsabilidad y mutuo compromiso (p. 261).
Por otra parte, con relación a la dimensión externa de la RSE, sostiene Hernández y
Navarro (2003):
Desde la perspectiva de la dimensión externa de las empresas, la RSE se extiende
hasta las comunidades locales e incluye, además de a los trabajadores y accionistas,
un amplio abanico de interlocutores: socios comerciales y proveedores,
consumidores, autoridades públicas y ONG defensoras de los intereses de las
comunidades locales y el medio ambiente (p. 4).
En este sentido, hay que identificar todos los grupos de interés y canalizar las
acciones hacia toda la cadena de valor; esta última es un modelo desarrollado por
Michael Porter y representa el conjunto de actividades llevadas a cabo por una empresa
que van desde la investigación y desarrollo al servicio de posventa. Según Porter y
Kramer (2006) la Cadena de Valor comprende actividades primarias (logística interna,
operaciones, logística externa, ventas y servicio posventa) y actividades de apoyo
(adquisición de insumos, investigación y desarrollo para la mejora del producto y/o
proceso de producción, gestión de RRHH y la infraestructura de la empresa que está
compuesta por la gestión general, finanzas y contabilidad, planificación, etc. (Ver figura
2).
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191
Figura 2: Estructura de la cadena de valor
Fuente: elaboración propia, 2022, a partir de Kramer y Porter (2006).
La RSE impulsa a las empresas a reconocer los impactos que se producen a través de
sus operaciones y mo éstos afectan a todos los que forman parte de la cadena de valor,
desde el proveedor de materia prima hasta el consumidor final. Vives (2011), sostiene
que “si bien la responsabilidad de la empresa de ser responsable recae en los individuos
que la conforman, el colectivo es responsable de su implementación” (p.48). Es la
participación activa de todos los integrantes de la cadena de valor lo que fortalece las
iniciativas de Responsabilidad Social en la empresa.
TEORÍA DE LOS STAKEHOLDERS (GRUPOS DE INTERÉS)
El concepto de stakeholder lo acuñó R. Edward Freeman en el año 1963 en un
memorando interno del Instituto de Investigación de Stanford, quien visualiza en un
sentido amplio a los grupos participantes como grupos sin cuyo apoyo una
organización dejaría de existir”, y en una acepción restringida, “como todas aquellas
personas o entidades que pueden afectar o son afectados por las actividades de una
empresa”. (Perdiguero, 2003, p.54).
Una empresa no solo es responsable ante sus accionistas y propietarios, sino también
ante sus colaboradores, consumidores, proveedores y el conjunto de los grupos e
individuos que son necesarios o que pueden influir en el desarrollo de sus objetivos.
(Perdiguero, ob. Cit., p. 160). En este orden de ideas, Carroll, citado por Barrera (1999),
se refiere a los stakeholders como:
Las personas que tienen algún tipo de interés o se ven afectadas por las
operaciones de la organización y, por ende, deben ser tenidas en cuenta en
Responsabilidad social empresarial como estrategia de negocios sostenible y responsable
192
el proceso de toma de decisiones, o en lo posible estar involucradas en éste.
(p.14).
Es preciso acotar que, aunque el término más utilizado sea el de stakeholder, también
se utilizan otros como: grupos de interés, participantes, partes interesadas, agentes,
públicos de interés. Lo interesante de este nuevo enfoque en los stakeholders es que
aparecen en escena nuevos públicos que, modifican las estrategias empresariales, ya que
se crea la necesidad de entrar en contacto con todos los posibles grupos de interés de la
organización. Estas nuevas partes interesadas serán tan heterogéneas que la empresa
deberá multiplicar esfuerzos para cumplir sus responsabilidades, además de crear
nuevos modelos de gestión y administración que le permitan mejorar su mutua relación,
Lozano (2008).
El enfoque de los stakeholders se basa en la premisa de que la empresa es una
institución compleja que tiene obligaciones legítimas hacia sus propietarios y
accionistas, pero también con responsabilidades innegables hacia el conjunto de
individuos y grupos involucrados y/o afectados por sus actividades y decisiones. Este
enfoque prevé la necesidad de respetar los intereses de todos los involucrados, logrando
un equilibrio en los resultados ya que logra conciliar las presiones de todos los grupos
de interés que impactan a la organización o que son impactados por ella, tal como
menciona Pagani-Tousignant (2012).
La forma de clasificar a los stakeholders puede ser muy variada, dependiendo no solo
del enfoque del investigador, sino también de situaciones prácticas como el tamaño y
tipo de organización, sector al que pertenece, amplitud de la cadena de valor,
circunstancias de los mercados, del contexto, de los productos, entre otros.
El modelo de clasificación de stakeholders más conocido, está planteado por Mitchell
(1997). Es un diagrama en el cual se relacionan las variables poder, legitimidad y
urgencia. La variable poder, significa la capacidad del stakeholder de influenciar a la
organización. La variable legitimidad se refiere a la relación y a las acciones del stakeholder
con la organización en términos de deseabilidad, propiedad o conveniencia, y la urgencia
remite a los requisitos que los mismos plantean a la organización en términos de
urgencia y oportunidad.
Según el autor, la combinación de estos tres atributos en diferentes composiciones
lleva a siete tipos de stakeholders: latentes, discrecionales, reclamantes, dominantes,
peligrosos, dependientes y definitivos según Mitchell (1997), citado por Plan de Empleo
del Ayuntamiento de Cádiz. (2016). Ver figura 3.
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Figura 3: Mapeo/matriz de stakeholders de Mitchell
Fuente: Mitchell (1997).
BENEFICIOS DE LA RSE
Beneficios tales como la competitividad, diferenciación, posicionamiento y la licencia
social para operar, vienen en respuesta a la concepción de negocio que va más allá de lo
estrictamente económico y los recursos destinados al desarrollo de actividades referidas
a los procesos productivos y de comercialización, por lo que más allá de gasto para la
empresa estos recursos son vistos como inversión, satisfaciendo con los resultados, las
expectativas de accionistas y propietarios.
Estos incentivan aún más la acción socialmente responsable en la gestión empresarial,
ya que se percibe que la RSE aumenta el atractivo de la empresa en el mercado, siendo
un factor clave en un entorno altamente competitivo e influyendo directamente en la
sostenibilidad de los negocios. Dichos beneficios se pueden sintetizar, según la norma
ISO 26.000 de la siguiente manera:
1. Impulsa una toma de decisiones más fundamentada con base en una mejor
comprensión de las expectativas de la sociedad, las oportunidades asociadas a la
responsabilidad social (incluyendo una mejor gestión de los riesgos legales) y los riesgos
de no ser socialmente responsable;
2. Mejora las prácticas de gestión de riesgo de la empresa;
3. Aumenta la reputación de la empresa y fomentar una mayor confianza pública;
apoyar la licencia social de la empresa para operar;
4. Genera innovación;
Responsabilidad social empresarial como estrategia de negocios sostenible y responsable
194
5. Mejora la competitividad de la empresa, incluyendo el acceso al financiamiento
y la posición de socio preferencial;
6. Mejora la relación de la empresa con sus partes interesadas, exponiendo la
misma a nuevas perspectivas y al contacto con una variada gama de partes interesadas;
7. Aumenta la lealtad, el involucramiento, la participación y la moral de los
colaboradores, mejorando la salud y seguridad, tanto de sus trabajadores como de sus
trabajadoras, e impactando positivamente en la capacidad de una empresa para
contratar, motivar y retener a sus talentos;
8. Facilita ahorros asociados al aumento de la productividad y eficiencia de los
recursos, la disminución del consumo de energía y agua, la reducción de residuos y la
recuperación de subproductos valiosos;
9. Mejora la fiabilidad y equidad de las transacciones, a través de la participación
política responsable, la competencia justa y la ausencia de corrupción, y
10. Previene o reduce conflictos con consumidores acerca de productos o servicios.
GOBIERNO CORPORATIVO
Parafraseando a Sosa y Reyna (2010) no existe una definición única de Gobierno
Corporativo, pues se trata de un concepto esencialmente amplio, sin embargo, se puede
ilustrar como un sistema a través del cual una organización -pública o privada- toma
decisiones en cuanto al logro de sus objetivos y generación de valor para los grupos de
interés.
El Gobierno Corporativo, como estándar de comportamiento ético, es la columna
central y la condición imprescindible de la RSE, el mismo es quien garantiza las buenas
prácticas y la gestión social y ambientalmente responsable de una organización con su
entorno.
Tomando en cuenta las herramientas para el Gobierno Corporativo establecidas en
las “Buenas prácticas de Transparencia España”, se deben considerar los siguientes
criterios para garantizar un mejor desempeño de las organizaciones, respecto al triple
impacto de sostenibilidad (económico, social y ambiental):
1. Planificación estratégica: diseñar estrategias sostenibles, acciones, objetivos y
metas claras, sistemas éticos y corresponsables.
2. Formación efectiva: la educación es una variable fundamental para el desarrollo
sostenible, educar a las personas es la base del bienestar y el valor compartido.
3. Información oportuna: se deben crear mecanismos de comunicación veraces,
imparciales y oportunos con los distintos grupos de interés que, den cuenta de la gestión
realizada y los impactos positivos y a mejorar.
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4. Sensibilización y divulgación: dar y ser el ejemplo de transparencia y
confiabilidad.
5. Respuestas oportunas: permite la auditoría y retroalimentación de los grupos
de interés, para tomar acciones proactivas y pertinentes.
6. Diálogo con sus grupos de interés: con ello se busca conocer las necesidades y
expectativas de los mismos, para equilibrarlos a la visión del negocio y planificar las
acciones estratégicas de RSE en función del bien común.
7. Apertura: la participación y cooperación de todas las partes interesadas es
fundamental, ello permite el empoderamiento de los grupos de interés para satisfacer
sus propias necesidades.
8. Trabajo en redes: en equipo se pueden lograr más y mejores cosas, incluso con
la competencia, se deben establecer compromisos y acuerdos corresponsables en
materia de desarrollo sostenible y capital social, respetando los límites de las partes.
9. Rendición de cuentas claras y transparentes: mantener la transparencia de la
gestión es la clave para establecer los límites en sus relaciones con los grupos de interés.
10. Ir más allá: la innovación y la creatividad son imprescindibles. En este aspecto
es irrevocable la gobernanza y la anticorrupción como mecanismos que aseguren el
efectivo valor compartido y el desarrollo sostenible.
De acuerdo con los fundamentos del buen Gobierno Corporativo, y uno de sus
principios, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE), “Divulgación de Información y Transparencia”, se debe garantizar la
comunicación oportuna y precisa a los grupos de interés, de todos los asuntos relevantes
asociados a la empresa, incluyendo la situación financiera, sus resultados, la propiedad
y sus órganos de gobierno. “Revelar los datos contribuye a que el público comprenda
mejor la estructura y las actividades de las empresas, sus políticas y resultados con
respecto a las normas medioambientales y éticas, y sus relaciones con las comunidades
en las que operan” (OCDE, 2016, p. 42).
En ese sentido, las empresas deben difundir la información por canales de
comunicación que permitan a todos los grupos de interés acceder sin problema alguno,
a los datos y resultados de forma igualitaria, oportuna y eficiente.
Es importante subrayar que “una mejor conducción del Gobierno Corporativo por sí
mismo implica que la empresa sea más sólida y competitiva”, (Corporación Andina de
Fomento, 2005, p.10). Por ello, es importante tomar en cuenta sus principios y fomentar
la práctica de los mismos para garantizar la licencia social para operar de la empresa, el
buen relacionamiento con sus grupos de interés y contribuir al desarrollo sostenible.
Responsabilidad social empresarial como estrategia de negocios sostenible y responsable
196
DESARROLLO SOSTENIBLE-SUSTENTABLE
El desarrollo sostenible o sustentable, sin entrar en dicotomía de términos, según la
Comisión Mundial sobre Medio Ambiente y Desarrollo (1987), “es aquel que satisface
las necesidades del presente sin comprometer las posibilidades de las futuras
generaciones de satisfacer sus propias necesidades” (p. 43).
En este orden de ideas, tal como señala Foladori & Pierri (2005), varios han sido los
hitos del desarrollo sostenible, pero, en síntesis, podemos concentrar su auge entre 1972
con la Conferencia de Estocolmo-Suecia y 1987 con el informe de Brundtland.
Sin embargo, la autora señala que, en el marco de la Revolución Industrial y apogeo
del modo de producción capitalista en el S.XVIII, los movimientos sociales comenzaron
a exigir mejoras sanitarias, dejando de esta manera un enfoque ecológico sanitario que
precede al actual objetivo del desarrollo sostenible.
En este orden de ideas, en el S.XIX, el concepto de lo que hoy conocemos como
bioética impulsó este tema, también el ambientalismo moderado entre 1993 y 1995 y la
corriente crítica humanista de 1970 (ecología social con movimientos socialistas). Esta
última corriente, aportó el concepto de ecodesarrollo que no tuvo éxito por el poco
soporte teórico y su afán de reducir las escalas de producción. El modelo Barilache
dentro de esta corriente sostuvo una alternativa s crítica en cuanto al uso y manejo
de los medios de producción.
Para el año 1972, con la Conferencia de Estocolmo, se institucionaliza y legitima el
tema del desarrollo sostenible, con el papel de las diferentes organizaciones sociales y el
Programa de Naciones Unidas por el Medio Ambiente; en el marco de la misma, se
establece el 5 de junio como “Día Mundial del Medio Humano”. La ONU desde este
momento es uno de los principales difusores del Desarrollo Sostenible.
Más adelante en 1987, con el informe de Brundtland hito fundamental del desarrollo
sostenible con su visión de que el medio ambiente y el desarrollo no podían estar
desligados, se cambia la idea tradicional; contrapone los movimientos crítico-
humanistas alegando que, el crecimiento económico puede disminuir la pobreza y esta
a su vez, los problemas ambientales. En nuestros as, este último hito, es uno de los
más rescatados a criterio del autor de esta investigación dado que fortalece la idea del
triple impacto sostenible (beneficios sociales, económicos y ambientales).
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Figura 4: Variables del triple impacto de sostenibilidad (social, económica y
medioambiental)
Fuente: Supermayorista VITAL (SF).
En este punto, y sobre la base de la historia del desarrollo sostenible, es importante
destacar que este concepto es imperantemente interdisciplinario, debe ser estudiado
desde varios enfoques científicos, sociales e incluso culturales. No puede verse el
cuidado ambiental desde el sesgo ecocentrista de biólogos y ecólogos porque se limita
el crecimiento económico y social. Este es un argumento para pensar en la
interdisciplinariedad cuando se habla e investiga sobre desarrollo sostenible. Al
respecto señala Foladori (2005), “la principal característica del desarrollo sostenible, es
su carácter interdisciplinario, derivado de la necesidad de estudiar la relación entre el
ambiente y el sistema económico-social” (p.189).
CONTRIBUCIÓN DE LAS EMPRESAS CON EL DESARROLLO SOSTENIBLE
Uno de los principales roles de las empresas según el criterio del autor es contener
y revertir los problemas sociales, ambientales y económicos. El desarrollo sostenible
exige que exista crecimiento económico aunado a la promoción de la participación
ciudadana en la toma de decisiones. De acuerdo con Vives (2019):
Las empresas pueden y deben contribuir a ello, no solo porque sus actividades tienen
impactos tangibles sobre el desarrollo sostenible, sino además porque les conviene
operar en usa sociedad más desarrollada, sana, educada, etc., que mejore la demanda de
sus productos, sino además porque tienen una obligación moral de servir a esa
sociedad, de la cual se nutren para sus actividades, a través de la mano de obra educada
Responsabilidad social empresarial como estrategia de negocios sostenible y responsable
198
y saludable que le proporciona, de los insumos sicos y financieros y en particular de
los recursos naturales (agua, aire, energía, etc.) que le permite utilizar, entre otros.
En este sentido, las empresas responsables, deben contribuir con sus grupos de
interés y el entorno en donde operan, desde la visión interdisciplinaria económica,
social y ambiental. En misma, las empresas son un ente económico, y en la medida
que estas crezcan responsablemente, benefician a la sociedad reduciendo el efecto de la
pobreza, y esto a su vez favorece al ambiente; en ello radica, la visión del valor
compartido que explica Michael Porter.
En síntesis, las empresas contribuyen al desarrollo sostenible con: su transparencia,
innovación, capacidad emprendedora, fabricación y distribución de productos/servicios
compatibles con el medioambiente, su preservación y, además, la optimización de la
calidad de vida de la población.
OBJETIVOS DE DESARROLLO SOSTENIBLE DE LA ONU
Los Estados miembros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU, 2015),
durante la Cumbre para el Desarrollo Sostenible, discutieron y aprobaron la Agenda
2030, que incluye 17 objetivos, denominados “Objetivos de Desarrollo Sostenible
(ODS)”, de los cuales se trazaron 169 metas a cumplir en el año 2030, para poner fin a la
pobreza, luchar contra la desigualdad y la injusticia, y hacer frente al cambio climático.
Estos ODS, pueden apreciarse en la figura 5. Cada uno de estos objetivos tiene un
conjunto de indicadores que permiten medir los esfuerzos y variables, los mismos son
construidos de acuerdo a la realidad de cada región. En este orden de ideas, los ODS son
una especie de mapa que permite a las empresas visualizar y medir si sus acciones
responsables aportan valor a la sociedad, y en consecuencia fortalecer su reputación y
las relaciones con sus grupos de interés.
Las empresas como impulsoras del crecimiento económico son aliadas importantes
de los ODS, puesto que el desarrollo sostenible exige un crecimiento económico que
genere desarrollo humano. Al contribuir con los ODS y organizaciones mundiales (como
la ONU), garantizan un piso sobre el cual descansa el éxito y la competitividad de las
mismas, pues en un entorno más estable, un capital humano-laboral competente y
consumidores prósperos, aumentan la probabilidad de obtener mayores beneficios;
asimismo, le facilitan un mayor control de costos y le permiten aprovechar nuevas
oportunidades de negocio.
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Figura 5: Objetivos de desarrollo sostenible
Fuente: Organización de las Naciones Unidas (2015).
LA RSE COMO ESTRATEGIA DE SOSTENIBILIDAD Y COMPETITIVIDAD
El desafío de las empresas, está en hacer de la competitividad una ventaja sostenible
y ello solo es posible, si le incorporamos al concepto una visión responsable. El papel de
la competitividad, es vista como la eficacia que demuestra una empresa para mantener
su posicionamiento en el mercado, pasa a ser un elemento de interés a desarrollar en las
acciones de responsabilidad social, para que estas sean vistas como oportunidades
sociales que influyen en la productividad y desarrollo de la empresa.
Es adonde entra el concepto de competitividad responsable, el cual añade una
nueva dimensión y fuente de riqueza a la competitividad al integrar conceptos de
responsabilidad social que no benefician únicamente a la empresa, sino también a la
sociedad, tales como, mayor conciencia ambiental, equidad, igualdad entre los géneros,
DDHH y laborales en las condiciones para los colaboradores, entre otras variables que
condicionan la sostenibilidad de la empresa en la sociedad.
La competitividad responsable representa la clave para hacer del crecimiento y
consolidación de las empresas la base del bienestar colectivo, a partir del capital humano
que integra estas organizaciones. Implica comprender que la rentabilidad no solo es
medida en términos económicos. En este sentido, la figura 6, muestra la focalización de
cuatro áreas de interés que Kramer y Porter (2006), identifican del contexto competitivo;
entendiendo que esas características pueden ser aprovechadas por la organización para
seleccionar aquellas oportunidades del negocio, y a su vez generen mayor beneficio a la
empresa y a la comunidad.
Responsabilidad social empresarial como estrategia de negocios sostenible y responsable
200
Figura 6: Contexto competitivo influyente en la productividad y desarrollo.
Fuente: Porter y Kramer (2006).
En esa selección de oportunidades, además de beneficiar la competitividad de la
empresa, se deben producir beneficios comunitarios que la sustenten, es importante que,
al momento de seleccionar la problemática a abordar en la ejecución de prácticas sociales
dirigidas al bien común, se responda la interrogante identificada en la figura 7, en
función a la creación del Valor Compartido.
Figura 7: Interrogantes sobre los problemas sociales que convergen con el negocio
Fuente: Porter y Kramer (2006).
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Por su parte y en este orden de ideas, a continuación, se desarrolla la
conceptualización y lineamientos para diseñar el mapa de oportunidades de RSE, sobre
la base de las estrategias de competitividad.
MAPA DE OPORTUNIDADES DE RSE
El mapa de oportunidades, se puede denominar como una herramienta eficaz
utilizada para organizar las estrategias y actividades de RSE, basadas en el análisis de
las relaciones de la empresa y sus grupos de interés. Su objetivo es detectar necesidades
reales y convertirlas en oportunidades de mejora. Por su parte, Kramer y Porter (2006),
lo definen como:
Una herramienta para analizar la interdependencia entre una empresa y la sociedad,
con lo cual se analiza la posición competitiva y se desarrollan estrategias. De esta forma,
la empresa puede enfocar sus actividades específicas en Responsabilidad Social
Corporativa para obtener un mejor resultado, en vez de actuar a partir de impulsos bien
intencionados o de reaccionar a presiones externas, la organización puede fijar una
agenda positiva de RSC que produzca ximo beneficio social, así como ganancias para
la empresa. (p.50).
Dentro de los problemas sociales que pueden afectar a una empresa, Kramer y Porter
(2006), dividen tres categorías: problemas sociales genéricos, impactos sociales en la
cadena de valor y dimensiones sociales en el contexto competitivo, tal como se señaló
en el punto anterior.
Figura 8: Priorizando los problemas sociales
Fuente: Porter y Kramer (2006).
En palabras de Kramer y Porter (2006), las empresas no pueden limitarse a acciones
filantrópicas dado que esto no les permite responder efectivamente a las necesidades
sociales. Es preciso redefinir el propósito de las empresas porque de eso depende su
progreso y existencia, mientras se crea valor económico, social y ambiental.
Tal como se mencionó en el desarrollo histórico de la RSE, durante años las empresas
se han ido involucrando en actividades que muestran el apoyo que dan a situaciones
Responsabilidad social empresarial como estrategia de negocios sostenible y responsable
202
difíciles de su entorno, pero más que filantropía, la RSE integra los negocios con la
sociedad, para crear valor compartido. Uno de los métodos más efectivos para crearlo,
es a través de un mapa de oportunidades.
Con esta herramienta, los directivos pueden tomar mejores decisiones, priorizar en
una ruta de abordaje las necesidades en las que puede accionar, trazando una trayectoria
que permita su crecimiento. Bajo el criterio de Kramer y Porter, se afirma que el mapa
de oportunidades debe estar en consonancia con la filosofía de gestión de la empresa,
en sintonía con los objetivos estratégicos, lo que es garantía de una ventaja competitiva,
ya que se define una línea de acción con los esfuerzos alineados en un mismo fin.
Según el planteamiento de Kramer y Porter (2006), los mapas de oportunidades
deben cumplir los siguientes lineamientos:
Para el diseño:
A. Todos los objetivos de la empresa deben ser muy claros y aportar puntos
concretos para que todos puedan entenderlos.
B. Deben ser objetivos y flexibles de tal forma que si pasa algo inesperado se pueda
reajustar.
C. Se deben ir evaluando cada cierto tiempo para comprobar que se progresa en
los objetivos.
D. Se debe hablar con todas las personas relacionadas con esos puntos para poder
lograr transmitir la idea y motivar a su vez a los colaboradores.
E. Todos los puntos deben coincidir con la misión y valores que la empresa
representa.
F. Para todos los miembros de la empresa, los objetivos deben ser alcanzables.
Para la implementación:
Es necesario tener en cuenta tres valores que impulsarán el cumplimiento de las
acciones planteadas:
A. La responsabilidad: esto quiere decir que todos los puntos de cada área de
trabajo saben perfectamente qué deben hacer y mo manejar cualquier tipo de
problema.
B. Los recursos: definir los materiales y los recursos que se van a usar para llevar
a cabo cada acción.
C. La colaboración entre las áreas: requiere que todas las partes de la empresa se
mantengan en comunicación constante para que se sepa lo que está haciendo cada uno
y conseguir resultados de forma eficaz.
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203
Por último, a los efectos de diseñar, implementar y evaluar el impacto de una política
de RSE que sea estratégica, es importante tener en cuenta algunos estándares y
referencias internacionales en esta materia.
ESTÁNDARES Y MARCOS DE REFERENCIA INTERNACIONAL DE LA RSE
1. Pacto mundial de la Organización de las Naciones Unidas (1999)
Es una iniciativa internacional que promueve implementar diez principios
universalmente aceptados para promover el desarrollo sostenible en las áreas de
derechos humanos y empresa, normas laborales, medioambiente y lucha contra la
corrupción en las actividades y la estrategia de negocio de las empresas (Red Española
del Pacto Mundial, 2019). El objetivo del Pacto Global, es promover la RSE y desarrollar
valores universales a través de los principios mencionados en la tabla 2.
Tabla 2: Principios del pacto global (1999)
Derechos
humanos
Principio 1: las empresas deben apoyar y respetar la protección de los
DDHH fundamentales reconocidos universalmente, dentro de su
ámbito de influencia.
Principio 2: las empresas deben asegurarse de no ser cómplices de la
vulneración de los DDHH.
Derechos
laborales
Principio 3: las empresas deben apoyar la libertad de asociación y el
reconocimiento efectivo del derecho a la negociación colectiva.
Principio 4: las empresas deben apoyar la eliminación de toda forma
de trabajo forzoso o realizado bajo coacción.
Principio 5: las empresas deben apoyar la erradicación del trabajo
infantil.
Principio 6: las Empresas deben apoyar la abolición de las prácticas de
discriminación en el empleo y ocupación.
Medio
ambiente
Principio 7: las empresas deberán mantener un enfoque preventivo
que favorezca el medio ambiente.
Principio 8: las empresas deberán fomentar las iniciativas que
promueven una mayor responsabilidad ambiental.
Principio 9: las empresas deben favorecer el desarrollo y la difusión de
las tecnologías respetuosas con el medio ambiente.
Lucha
contra la
corrupción
Principio 10: las empresas deben trabajar en contra de la corrupción en
todas sus formas, incluidas la extorsión y el soborno.
Fuente: elaboración propia a partir del Pacto Mundial de la ONU (1999).
Responsabilidad social empresarial como estrategia de negocios sostenible y responsable
204
2. Norma en materia de responsabilidad social ISO 26000 (2010)
Es una guía de nociones e implementación de RSE que comprende una definición
universal de la misma, alega que no es exclusiva solo de las empresas y grandes
corporaciones, pues no importa su tamaño. Explica que la responsabilidad va más allá
del cumplimiento con las leyes. Hace una diferenciación clara entre responsabilidad
social y filantropía. Enfatiza que las organizaciones tienen una responsabilidad social
con su entorno y sus partes interesadas, entre otros elementos.
3. SDG Compass: la guía para la acción empresarial en los ODS
Este estándar internacional es una herramienta que orienta a las empresas para
identificar los Objetivos de Desarrollo Sostenible prioritarios según su estrategia de
negocio. Esta guía comprende cinco pasos que se pueden aplicar a cualquier
organización independientemente de su tamaño, sector, y otras características.
A. Entender los ODS: define cuáles son los ODS estratégicos para la organización,
y las responsabilidades mínimas de las empresas en torno a ellos.
B. Definir prioridades: para beneficiarse de las oportunidades que traen consigo
los ODS, definir dónde se encuentran las prioridades de la empresa y enfocar los
esfuerzos.
C. Establecer objetivos: esencial para impulsar un buen desempeño.
D. Integrar los objetivos en la empresa: se trata de establecer objetivos para cada
una de las prioridades estratégicas de la empresa. Es fundamental integrar la
sostenibilidad en la actividad principal de la empresa e incluir metas a través de las
funciones para abordar estos objetivos.
E. Reportar y comunicar: es importante reportar y comunicar continuamente sobre
el progreso de la empresa frente a los ODS, para comprender y satisfacer las necesidades
de sus grupos de interés.
4. SGE 21 “Sistema de Gestión Ética y Socialmente Responsable”
Es una norma europea que permite implantar, auditar y certificar el sistema de
gestión ética y socialmente responsable de las organizaciones. Constituye un
instrumento importante para la unificación de los aspectos ambientales, sociales y de
buen gobierno en la gestión organizacional.
Este estándar hace énfasis en nueve áreas que versan a los distintos grupos de interés:
gobierno de la organización, personas que la integran, clientes, proveedores, entorno
social comunitario, ambiental, inversores, competencia y administraciones públicas.
La premisa de la SGE, sostiene que la constitución de un sistema de gestión ético y
socialmente responsable, supone para la dirección de la organización, un
convencimiento de su capacidad de generar “liderazgo responsable” (elemento
Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, 2023 Vol. XXIX, No. 2 (jul - dic),
205
imprescindible de un buen Gobierno Corporativo y para la obtención de la licencia social
que permite las operaciones).
5. Global Reporting Initiative GRI
El Global Reporting Initiative (GRI, 2022), es una organización que tiene como objetivo
fomentar la elaboración de memorias de sostenibilidad en todo tipo de organizaciones.
Provee un marco para la elaboración de estas e incluye una guía para lograrlo; asimismo,
establece los principios e indicadores que las organizaciones pueden utilizar para medir
y dar a conocer su desempeño económico, ambiental y social.
Se puede destacar que, sus informes reglamentados se han convertido en memorias
de sostenibilidad de las empresas que buscan orientar futuras acciones. Tiene como
funciones básicas orientar a las organizaciones hacia dónde ir en materia de RSE y
sostenibilidad, además de convertirse en una guía de crecimiento que puede adaptarse
a cualquier industria y que permite la incorporación de los suplementos de acuerdo a
las especificidades de las empresas.
En ese mismo sentido, integra a todos los stakeholders en los planos económico,
ambiental y social. Es un reporte voluntario que puede adaptarse a distintos sectores de
la economía. Favorece la detección de necesidades o brechas y ayudando a diseñar
estrategias para superarlas. Además, facilita la identificación y definición de los
principales grupos de interés y cómo abordar esa relación.
CONCLUSIONES
Las “conclusiones” hacen referencia a un final; las teorías y prácticas de la RSE, por
el contrario, no están concluidas. Por esta razón, se ha decidido denominar “puntos de
llegada” a esta última parte del ensayo. Los puntos que hasta aquí se refieren, pueden
modificarse y nutrirse a través del tiempo, de acuerdo con las fuentes de documentación,
instrumentos utilizados, la realidad dinámica, compleja y cambiante de las empresas y
sus grupos de interés.
En ese sentido, uno de los principales puntos de llegada, a partir de la revisión
documental, es que las empresas deben redefinir su responsabilidad social hacia una
actitud más proactiva e involucrada frente a sus grupos de interés. Es importante
destacar que el objetivo no es reducir los impactos negativos de las operaciones en el
contexto, sino anticipar las necesidades sociales de este y atenderlas, tal como afirma
Guédez (2010), haciendo referencia a la RSE proactiva, las empresas deben responder
y repotenciar los grupos que la integran y con los cuales se relaciona, no solo reduciendo
o eliminando los efectos negativos sobre su entorno” (p.475). Visto así, el futuro de las
empresas no depende solo de la maximización de beneficios, sino también del bienestar
que generan en el entorno donde llevan a cabo sus operaciones.
Responsabilidad social empresarial como estrategia de negocios sostenible y responsable
206
Como consecuencia de lo anteriormente señalado, con el presente ensayo se busca
proponer que la empresa no puede ser exitosa si no opera en una sociedad con bienestar
y viceversa, tal como se ha mencionado, la empresa nace en el seno de la sociedad y es
parte de la misma; si la empresa devuelve a la sociedad lo que ha tomado de ella, gana
su licencia para operar.
Es necesario destacar que, para lograr una gestión estratégica y socialmente
responsable, es fundamental definir y priorizar a los grupos de interés, así como conocer
sus expectativas, necesidades e intereses, a los fines de poder identificar las
oportunidades que se presentan para el desarrollo sostenible de la empresa y su entorno.
En efecto, otro de los puntos de llegada se refiere a la necesidad de que los líderes y
ejecutivos desarrollen nuevas habilidades y conocimientos, con una mirada más
profunda de las expectativas e intereses de la sociedad, una mejor comprensión de las
verdaderas bases de la productividad de la empresa y la capacidad de colaborar con su
entorno, lo que se denomina valor compartido.
De este modo, es importante resaltar que las prácticas estratégicas de RSE, como parte
de un esfuerzo conjunto y coordinado de la empresa con sus grupos de interés,
efectivamente aportan un sin fin de beneficios a la sociedad, en la medida en que se
comprendan los cambios y problemas que esta atraviesa, generando un impacto
positivo, tanto a lo interno como a lo externo de la empresa.
En ntesis, con el diseño del mapa de oportunidades de responsabilidad social
interna y externa que forjan la política de RSE, se añade a la empresa nuevos retos y
objetivos que van más allá de su naturaleza económica, con lo cual, deberá orientar sus
acciones de la mano con nuevos aliados, contribuyendo así al desarrollo sostenible y el
bienestar de sus grupos de interés.
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